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Reportaje:VERANOS SALUDABLES

Equilibrio psicológico

Manuel Masegoza: 'Las mejores medicinas son el apoyo afectivo de los que te quieren y tener aficiones'

Los datos abruman. Extrapolando las estadísticas nacionales que existen sobre salud mental, en Andalucía podría haber en torno a 2.250.000 personas (30% de la población) que sufren algún tipo de malestar psíquico. De éstas, sólo un 2% va al médico. También está comprobado que al menos un 15% cae alguna vez en la depresión. Los costes para la Administración sanitaria por esta causa suman cerca de 100.000 millones de pesetas; claro que esto no es nada si se compara con el coste social, que siempre es mayor y más difícil de evaluar.

Manuel Masegoza Palma es un psiquiatra curtido en el trabajo diario con pacientes de todos los niveles de la red asistencial. Ahora pasa consulta en el Equipo de Salud Mental del distrito sanitario de San Juan de Analfarache, una localidad próxima a Sevilla, desde donde atiende, además, a otros ocho pueblos.

Masegoza hace hincapié en cómo el medio geográfico y la situación económica influyen 'muy directamente' en la salud integral de las personas. El psiquiatra explica que no es lo mismo deprimirse en un pueblo pequeño, donde las relaciones y lazos sociales todavía son muy fuertes, que en un núcleo de población donde la gente apenas se relaciona y, si enferma, sufre la angustia añadida de estar sola. De ahí la importancia que cobra, según el psiquiatra, pertenecer a algún grupo y tener vínculos sociales. El equilibrio psicológico viene dado y se refuerza en ese tejido afectivo que se crea en la familia, entre los amigos, con los vecinos...

Aun así, las consultas al médico psiquiatra son muchas. ¿Qué es lo que les atormenta o desequilibra más a los andaluces? Masegoza asegura que un tercio de los problemas que le llegan pertenecen al grupo de lo que los especialistas denominan 'trastornos adaptativos'. En realidad no son otra cosa que esa incapacidad que tienen algunas personas para sobreponerse a una situación determinada. El fallecimiento de un ser querido, una separación, quedarse en el paro, un accidente de tráfico... podrían servir de ejemplo. En estos casos, comenta el psiquiatra, hay que conseguir que el afectado conecte de nuevo con la realidad. Y lo primero es hacerle comprender que su salud integral, no sólo la psíquica, es como un barco que ha de llevar a buen puerto, sorteando la tormenta que en esos momentos está pasando.

Las patologías de origen nervioso y la esquizofrenia, la depresión y la ansiedad, son también enfermedades frecuentes entre los andaluces. Y aquí Masegoza es muy claro: 'La salud siempre es global. Por lo tanto, para gozar de ella, nada mejor que conseguir un entorno sano en todos los sentidos. La salud es algo dinámico. Las personas deberíamos estar generándonos continuamente salud. Es como el que tiene dinero, que siempre quiere más. El mismo argumento sirve para la salud. Hay que esforzarse para ser positivos ante cualquier contratiempo o la enfermedad'.

Para gozar de una buena salud integral, concluye, es necesario hacer ejercicio, alimentarse adecuadamente, darle trabajo a la mente -conversando, leyendo, pensando, ejerciendo la crítica y la autocrítica, relacionándose con los demás-, evitar las obsesiones, protegerse de las agresiones y cultivar la 'aseveridad', un concepto que Masegoza define con el siguiente ejemplo: 'Si en una cola alguien se cuela, ¿usted protesta? Si se calla es que tiene baja la aseveridad. Y eso es malo. Pero si protesta, en modos y términos adecuados, es que la tiene alta'.

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GARCÍA CORDERO

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