El presidente Lagos pretende 'limpiar' los servicios secretos chilenos de agentes pinochetistas
Once años después del término de la dictadura chilena, ex agentes de uno de los más siniestros aparatos represivos de Pinochet, la Central Nacional de Informaciones (CNI, sucesora de la DINA), siguen actuando en la sombra, según admitió el propio ministro del Interior, José Miguel Insulza, hombre fuerte del Gobierno del presidente Ricardo Lagos. Sus declaraciones desataron polvareda y culminaron con el anuncio de Lagos de un proyecto de ley para crear un nuevo Servicio Nacional de Inteligencia.
La idea del Gobierno, que tendrá el proyecto listo en septiembre, es que el nuevo organismo no tenga ningún parecido con la CNI, que detuvo y torturó a miles de opositores y también ejecutó e hizo desaparecer a personas, aunque en menos cantidad que la DINA. El nuevo servicio carecerá de facultades para detener, incautar bienes o allanar lugares, será dirigido por civiles y coordinará informaciones de los aparatos de inteligencia de las Fuerzas Armadas, las dos policías (Carabineros y civil) y de la Dirección de Seguridad Pública e Informaciones, que depende de Interior. Hasta se evalúa que sus siglas no sean SNI, para evitar que suene como CNI. Su primera labor consistirá en detectar y neutralizar a los ex agentes que siguen operando.
Insulza basó su denuncia en la aparición de una página web bautizada con el sugestivo nombre de 'Despierta Chile', donde se publican textos que los detenidos por la CNI eran obligados a firmar después de las sesiones de torturas, en este caso de dos diputados socialistas. Álvaro Puga, un ex funcionario de la dictadura, sostiene en esa página: 'Si las Fuerzas Armadas siguen débiles, pereceremos'. Puga afirma que detrás están miembros de la Corporación Once de Septiembre, del pinochetismo, aunque éstos lo niegan.
También expresó Insulza su sospecha de que hubo una operación secreta para derribar la candidatura a senador de un líder de la derecha democrática, Sebastián Piñera. Éste competía en Valparaíso para las elecciones de diciembre próximo con el almirante retirado Jorge Arancibia, quien renunció a la comandancia de la Armada para postularse por la Unión Demócrata Independiente (UDI), el partido más cercano a Pinochet. Piñera fue víctima de seguimientos, al parecer de ex agentes de la CNI, y renunció a su candidatura, según dijo, en aras de la unidad de la derecha en torno al alcalde de Santiago, Joaquín Lavín. Pero muchos creen que lo hizo por presión de los llamados 'poderes fácticos' del pinochetismo, que en el pasado ya actuaron en su contra, desmoronando una precandidatura presidencial suya.
La derecha pidió la dimisión de Insulza por no haber tomado medidas contra estos ex agentes y permitirles operar. El ministro replicó con dureza y recordó la complicidad de buena parte de la oposición con la dictadura, donde no impidieron las violaciones a los derechos humanos. Paralelamente, los comunistas demandaron que se publique la lista completa de los ex agentes de la CNI.
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