Hallado a 100 metros de la Comandancia de Barcelona un coche usado por ETA
La periodista Aurèlia Comas, en libertad sin cargos
La Guardia Civil localizó ayer en Barcelona, a unos 100 metros de la sede de la 411º Comandancia del instituto armado, un vehículo que había sido aparcado hace varios meses en la plaza Joanic del barrio de Gràcia por miembros del comando Barcelona que fue desarticulado en enero. Los artificieros abrieron el maletero del coche mediante una explosión controlada (una carga-cebo), ante la sospecha de que pudiera portar explosivos. El coche, un Peugeot 405 supuestamente robado en Francia, no contenía bomba alguna ni documentación. La Guardia Civil seguía ayer tras la pista de una mujer que colaboró en la reconstrucción del comando desarticulado el viernes tras la detención de seis personas.
Fuentes policiales informaron de que el vehículo, utilizado por el comando desmantelado en enero para sus desplazamientos por Barcelona, fue localizado ayer gracias a la documentación incautada durante el registro del sábado en un piso de la calle Bailén y el efectuado el día antes en la vivienda de la calle Villarroel de la capital catalana, donde se detuvo a los tres etarras miembros de la nueva célula de ETA: Fernando García Jodrá, Unai López de Ocáriz y Nerea Bengoa.
El coche, de color gris oscuro y matrícula B-8164-NH, llevaba aparcado en la plaza Joanic probablemente desde enero, cuando la Guardia Urbana detuvo a dos miembros del anterior comando. Las ordenanzas municipales prohíben que un vehículo permanezca estacionado más de siete días en un mismo sitio en Barcelona, pero la grúa sólo puede retirar los coches cuando existen indicios evidentes de abandono. 'Entonces se inicia un expediente que puede tardar meses en ejecutarse', afirmaron ayer fuentes de la Guardia Urbana. 'Pese a la ordenanza, en la ciudad hay numerosos vehículos que permanecen meses y hasta años aparcados en un mismo sitio', agregaron las citadas fuentes.
El maletero del vehículo, que se encontraba cubierto de polvo pero no presentaba signos de deterioro, fue explosionado pasadas las dos de la tarde. Antes, la Guardia Civil acordonó la plaza Joanic e instó a los vecinos a permanecer en sus casas y a los propietarios de bares y restaurantes a que bajaran las persianas. Tras la explosión, los agentes comprobaron que el vehículo no contenía dinamita ni material o documentación de interés, aunque fue trasladado a las dependencias de la Guardia Civil para intentar localizar huellas dactilares u otras pistas sobre los terroristas.
Los investigadores han intensificado la búsqueda de una mujer que habría ayudado a García Jodrá a huir el pasado mes de enero y a establecerse de nuevo en Barcelona cuatro meses después. El análisis de la documentación y los interrogatorios llevaron ayer a la Guardia Civil a dejar en libertad a Aurèlia Comas Riera, la periodista del rotativo El Punt detenida durante la operación del viernes. Comas, que fue puesta en libertad sin cargos, había sido detenida en Argentona (Barcelona) junto a su pareja, Pedro Álvarez Fernández de Mendíbil. Ambos, así como la joven detenida en Terrassa, Laura Riera, fueron arrestados por su presunta colaboración con ETA. El Ministerio del Interior aseguró ayer que se ha comprobado que Comas 'no tiene ninguna relación con la organización terrorista'.
La documentación incautada por la Guardia Civil, que está siendo analizada, revela que la banda iba a actuar contra intereses turísticos en Cataluña este mismo verano, aunque, según fuentes policiales, estos objetivos se encargarían a comandos itinerantes, mientras que la célula que se estaba reconstituyendo en Barcelona les prestaría apoyo. El nuevo comando sí se encargaría, en cambio, de atentar contra políticos y periodistas catalanes, entre ellos el dirigente del PP en Cataluña, Alberto Fernández Díaz (alertado en enero pero no tras la operación del viernes); el ex ministro socialista Narcís Serra y el director del programa Protagonistas de Onda Cero, Luis del Olmo.
El golpe a ETA estuvo a punto de frustrarse el mismo viernes por una llamada de un vecino del número 30 de la calle Villarroel a la Guardia Urbana. Eran las dos de la madrugada y el hombre pedía la intervención de los agentes porque el vecino del rellano tenía la música muy alta. La Guardia Urbana, que sabía que el edificio llevaba semanas controlado por la Guardia Civil, no actuó para no levantar sospechas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Comando Barcelona
- Fernando García Jodrá
- Detención terroristas
- Nerea Bengoa Ciarsolo
- El Punt
- Pedro Álvarez Fernández de Mendía
- Laura Riera
- Aurelia Comas Riera
- Comandos terroristas
- Unai López de Ocáriz
- Operaciones antiterroristas
- Atentados fallidos
- Barcelona
- Policía municipal
- Atentados terroristas
- Cataluña
- Política antiterrorista
- Prensa
- Lucha antiterrorista
- Ayuntamientos
- ETA
- Policía
- Grupos terroristas
- Fuerzas seguridad
- Medios comunicación