Crivillé se reencuentra con la moto y el podio
El español queda segundo en los 500cc, sólo superado por Rossi, tras recuperar su pilotaje agresivo en una gran remontada
Àlex Crivillé (Honda) atrapó ayer en la República Checa el resultado que necesitaba para convencerse a sí mismo y recuperar la confianza de los demás. Su segunda posición, superado sólo por el intocable italiano Valentino Rossi (Honda), le volvió a colocar en el podio cuando más falta le hacía. Fue su mejor clasificación en 14 meses. Sigue lejos del líder de los 500cc, que aprovechó una caída de su gran adversario, su compatriota Max Biaggi (Yamaha), para escaparse al frente de la clasificación general, pero al menos ha reencontrado las sensaciones perdidas.
La carrera de Brno, planteada como un duelo entre Rossi y Biaggi, contó con el inesperado protagonismo de Crivillé, que llevaba mucho tiempo sin mezclarse con los mejores. Una vez los dos candidatos al título se escaparon del resto del pelotón, se vio que iba a ser un día distinto para el catalán. De nuevo competitivo, el noi de Seva remontó desde la séptima posición, ofreció adelantamientos vibrantes y se batió con el italiano Loris Capirossi (Honda) y el japonés Norick Abe (Yamaha) para defender aquello que tanto soñaba: volver a participar en la celebración, aunque casi no se acordaba del protocolo.
Los antecedentes Desde el Gran Premio de Holanda de 2000, en que también quedó el segundo, Crivillé no había obtenido un resultado tan bueno. Desde aquel día, su trayectoria había sido descendente, con una crisis profunda sólo aliviada provisionalmente por el tercer puesto en Jerez este año. Pero ayer todo fue diferente, casi como antes de ser campeón del mundo. Volvió a mostrarse agresivo, rápido, y no tuvo que pelearse con su moto para poder llegar al cajón. Por delante de él, a lo lejos, la lucha entre Rossi y Biaggi, encabezada por éste, monopolizó la atención durante media carrera, pero él no está todavía para vuelos tan altos. Con pelear por la tercera posición tiene, de momento, bastante.
Tras el efímero liderato del norteamericano Kenny Roberts (Suzuki), otro campeón inmerso en un pozo, los dos italianos se marcharon juntos en solitario y anunciaron una pelea interesante hasta que Biaggi se cayó en la decimotercera vuelta. Entonces, Rossi se limitó a cumplir sin riesgo con el resto del recorrido, permitiendo que el interés de los 45.000 espectadores y la televisión se trasladara más atrás. Crivillé se deshizo de Roberts, que acabó retirándose sin explicación, y de Abe, y después controló los ataques de Capirossi para certificar su segunda posición. En el Mundial, con Rossi 29 puntos por delante de Biaggi, el español va el séptimo.
'¿Qué puedo decir?', exclamó Crivillé al bajar de la moto y abrazarse a su hermano Josep; 'hoy me he vuelto a divertir y estoy muy contento con este resultado. Después de la caída en Alemania y de la racha de malos resultados que hemos tenido en los últimos tiempos, la gente te empieza a enterrar. Por eso ha ido muy bien volver a estar en el podio. Ahora espero poder mantener esta línea y seguir progresando para volver a estar delante, con los mejores'.
Los escasos tres segundos que le sacó Rossi, aun siendo fruto de la tranquilidad con la que encaró el italiano las vueltas finales, resultan significativos. Dentro de dos semanas, en Estoril (Portugal), Crivillé tendrá la oportunidad de refrendar su renacimiento, aunque antes podrá seguir mejorando en una sesión de entrenamientos que compartirá hoy con Rossi en Brno.
Quien no pudo sobreponerse a lo mal que se le da el circuito checo fue Carlos Checa (Yamaha), que acabó el séptimo, justo delante de Sete Gibernau (Suzuki), mientras que José Luis Cardoso (Yamaha) se clasificó el 13º. Biaggi volvió a subirse a la moto después de rodar por el asfalto y llegó el décimo.
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