Elías se dispara hacia el título mundial
El piloto de Manresa se sitúa al frente de los 125cc con su espectacular triunfo en Brno
Ya no hay discusión posible. Toni Elías (Honda), el piloto español de 18 años desconocido al principio de la temporada, viaja a toda velocidad en dirección al título mundial de los 125cc. Ayer cosechó su segunda victoria del curso, visitó el podio por sexta vez en las últimas siete carreras y, sobre todo, ofreció argumentos contundentes para su candidatura al título. En la última vuelta, sin saber que su máximo rival, el italiano Manuel Poggiali (Gilera), se había caído, volvió a desplegar su habitual dosis de coraje y riesgo para adelantar a tres rivales y lograr un triunfo espectacular.
La regularidad de Elías en el éxito resulta avasalladora para alguien tan joven. Más comprensible es su manera de alcanzarlo, con adelantamientos que ponen los pelos de punta y maniobras atrevidas que no gustan a los veteranos. 'Esto no es la guerra', protestó ayer el japonés Youichi Ui (Derbi), una de las víctimas del catalán durante las 19 vueltas que duró la carrera. Pero hasta el momento nadie puede decir que el joven pupilo de Alberto Puig haya actuado de forma sucia. Arriesgada, sí; incorrecta, no.
Su última vuelta de ayer, pasando sucesivamente a los italianos Lucio Cecchinello y Simone Sanna y al alemán Steve Jenkner, todos con Aprilia, no fue más que un ejemplo maravilloso de lo que son las carreras de motos. Por eso el muchacho de Manresa se ha convertido en la sensación de la temporada y en el nuevo motor del motociclismo español. Sus 22 puntos de ventaja son también fruto de una consistencia que no tienen los demás. Poggiali, por ejemplo, no aguantó la presión de verse lejos de la cabeza y se cayó cuando forzó más de la cuenta, quedándose sin puntuar.
Hasta llegar al vibrante desenlace de la carrera, Elías se comportó con maestría. Partiendo desde la pole position, se instaló en el liderato desde el semáforo verde e intentó escaparse de los demás, algo casi imposible en la cilindrada menor. Viajó el primero, tirando del pelotón, durante ocho vueltas hasta que vio que no había manera de abrir hueco. Entonces, con la sabiduría de un veterano, prefirió refugiarse en el grupo para observar a los rivales y aguardar al mejor momento para desmelenarse. Lo hizo en el último giro y nadie encontró respuesta a su ataque decisivo. Lo probó Sanna, pero su intento acabó en el suelo, y fueron Cecchinello y Jenkner quienes acompañaron al español en el podio.
'Ha sido una carrera dura, hacía mucho calor', comentó Elías; 'en la última vuelta ataqué y me salió bien, por lo que estoy muy satisfecho'. Quizá si hubiera visto el cartel que le mostraba Puig desde el borde de la pista con la indicación 'PG KO' (Poggiali, caído) habría afrontado el desenlace de otra manera. O puede que no, porque, por ahora, Toni sólo vive para ganar. ¿Y el campeonato? 'Aún es pronto para pensar en el título. Me he puesto de líder por primera vez y ya es un motivo para estar contento. Pero faltan todavía seis carreras y hay que seguir trabajando como hasta ahora'.
Tras la victoria, el barcelonés cumplió con el ritual de abrazarse a su padre, su madre y su hermana pequeña, presente en el circuito. Después afrontó con naturalidad el procedimiento del podio y las entrevistas, ya simple rutina. En las cinco últimas carreras ha quedado entre los dos primeros y ha sumado 139 de los últimos 175 puntos en juego. Por eso casi todos le señalan como el futuro campeón, aunque él sigue sin cambiar su impecable actitud. Ayer se alegró casi tanto con los resultados de sus amigos Dani Pedrosa y Joan Olivé, octavo y 14º respectivamente, como con su triunfo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.