Rasgos de campeón
Toni Elías, ha vivido sobre una moto desde que tenía meses bajo la atenta mirada de un padre ex campeón de motocross y una madre más preocupada por su felicidad
Su padre tardó diez minutos en darse cuenta de que sería un campeón. A su madre siempre le preocupó más su felicidad. Bajo estas dos coordenadas, Toni Elías, 18 años, se ha ido configurando como piloto. Viviendo sobre dos ruedas desde que ni siquiera andaba, pero siempre manteniendo el equilibrio entre lo profesional y lo humano, entre la pasión y la inteligencia, entre lo posible y lo imposible.
Ayer, en el difícil circuito checo de Brno, todas las experiencias pasadas le ayudaron a triunfar. Fue campeón porque fue capaz de levantar la mano del gas cuando notó que sus sensaciones no eran las mejores. Su calidad le permitió, sin embargo, mantenerse en el grupo de cabeza y quedar a la expectativa mientras recuperaba la confianza. Y, luego, su inteligencia le indujo a atacar en los momentos precisos, a aprovechar bien sus opciones y a arriesgarse con valentía para revalorizar sus opciones al título.
'Es un piloto impresionante', declaró Àngel Nieto, el campeón doce veces más una en pequeñas cilindradas; 'está tan concentrado en lo suyo que ni siquiera se enteró de que en la pizarra le habían anunciado que su principal rival, Manuel Poggiali (Gilera), se había caído. Lo supo al finalizar la carrera'.
Tras dos victorias, en Assen y Brno; tres segundos puestos, en Montmeló, Donington y Alemania, y un tercero, en Francia, Elías encabeza desde ayer la clasificación del Mundial con 22 puntos de ventaja sobre Poggiali, hasta el sábado líder. Faltan seis carreras para el final, pero, a estas alturas, el mundo de las dos ruedas ya le está coronando. Mientras su mentor, Alberto Puig, y gente ya consagrada como Nieto, Alzamora y Aspar ponen alas a su calidad, Elías se limita a asegurar que se plantea el futuro carrera a carrera. 'Como hasta ahora', dice; 'lo que tenga que venir vendrá'.
Mientras tanto, su padre, Toni, y su madre, Mei, que le siguen a todas partes, se limitan a disfrutar del espectáculo que su hijo ofrece y a constatar que los decorados que ellos fueron trazando siguen siendo correctos: será un campeón, pero continúa siendo feliz.
'Cuando en Valencia, con siete años, le vi coger por primera vez una [una moto muy pequeña de carretera] tardé diez minutos en darme cuenta de que aquello era lo suyo', confiesa Toni Elías padre, 12 veces campeón de España de motocross. Me dije que podía ser un campeón. A las pocas vueltas ya estaba haciendo lo mismo que hace ahora: apuraba las frenadas, aprovechaba sus trazadas, derrapaba, dominaba la moto'.
Aquello fue una liberación porque hacía ya algún tiempo que Elías había comunicado a sus padres que no le gustaba el motocross porque cuando corría con una de esas motos se ensuciaba. 'Lo que más me gustó', agrega el padre, 'fue que desde que cogió la pocket su cara se iluminó. Y por ahí proseguimos'.
De las pocket pasó a los scooter, en los que se mantuvo tres años, y de ahí a las fórmulas de promoción del RACC de 125cc y a los Campeonatos de España de las distintas categorías. Hasta que Alberto Puig se fijó en él y le ayudó a abrirse las puertas del Mundial. 'Puig ha sido una persona crucial en su carrera', afirma Mei; 'es el tipo de persona que cualquier madre quiere tener al lado de su hijo'.
Puig, ex piloto y conocedor profundo del Mundial, está siendo el mejor consejero de Elías. Él asume la responsabilidad del momento para liberar de tensiones a su piloto y le ha colocado en un caparazón para evitar que le vuelvan loco. 'La presión comenzaba a ser excesiva', dice Mei. Ahora Elías ha cambiado de móvil y su número sólo lo conocen sus íntimos. Todas las entrevistas deben gestionarse a través de su jefe de prensa o del propio Puig.
'Sin embargo', prosigue su madre, 'Toni no ha cambiado. Sigue manteniendo los mismos amigos de siempre, sale a cenar con su grupo cuando está en Manresa y hace la vida propia de un chico de 18 años'. Y concluye: 'Lo único que pido es que toda la euforia que ahora vivimos no produzca un efecto negativo cuando las cosas no funcionen. Porque eso ocurrirá: algún día se caerá, la moto no funcionará o tendrá algún problema. Espero que entonces también le respeten'.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.