Aznar admite que el 'caso Gescartera' revela fallos en el control financiero
El presidente propone intensificar el control de los mercados para 'evitar favoritismos'
El presidente José María Aznar retomó ayer en Menorca la actividad política pública con un acto ante unos 800 militantes del PP en el que hizo un amplio examen al comportamiento del Gobierno en el caso Gescartera sin admitir ningún fallo ni aceptar ninguna crítica. El presidente reconoció que está 'lleno de indignación' ante el 'ya evidente mucho engaño y mucho aprovechamiento ilícito' de esa 'estafa financiera', pero eludió cualquier responsabilidad política.
Presumió que esas responsabilidades serán particulares y las sustanciarán los tribunales. Y abundó en la estrategia del PP de los últimos días de comparar lo rápido y contundente de la actuación de este Ejecutivo frente a lo que hacían los Gobiernos del PSOE ante escándalos semejantes. Aznar anunció que se reforzarán los órganos de control y supervisión de los mercados -aunque sigue defendiendo que debe reducirse al máximo el poder público- para evitar 'favoritismos y arbitrariedades'.
El presidente del Gobierno y del PP cumplió anoche en Menorca, donde ha disfrutado de tres semanas de unas tranquilas vacaciones familiares, con el ritual de agradecer en un acto público en un hotel playero esta estancia veraniega ante casi todos los militantes del partido en la isla, alrededor de 800 personas.
Rechazo de la autocrítica
Aznar aprovechó su discurso, tras una cena-mitin, para justificar la actitud de su Gobierno ante el polémico caso Gescartera, que ha provocado la dimisión del ex secretario de Estado de Hacienda, Enrique Giménez-Reyna, y ha puesto en cuestión la actuación de varios departamentos gubernamentales. Aznar rechazó no obstante cualquier autocrítica. Y abordó el asunto como si casi le fuese colateral. Aunque indirectamente, al afirmar que hay que reforzar los controles financieros, estaba admitiendo que éstos no han funcionado correctamente en el caso Gescartera.
El presidente del Gobierno entró en materia explicando que los simpatizantes, militantes y dirigentes del PP están en política por razones superiores y distintas a las de otros responsables políticos: 'Nosotros no estamos aquí para buscar el enriquecimiento personal ni para favorecer a nadie en perjuicio del común de la gente. Llevamos muchos años trabajando mucho, y, desde luego, no hemos hecho todo esto para que nadie viva a costa de los demás'.
En ese contexto, Aznar disertó un rato sobre los motivos que le han llevado durante estos años en La Moncloa a propugnar la reducción al máximo posible del peso del Estado, el libre mercado y la autonomía individual como pilares de la prosperidad de los españoles. Aznar sostuvo que defender esas posiciones ultraliberales elimina las posibilidades de 'arbitrariedad y exceso de los gobernantes'. Y agregó tras los acontecimientos precipitados tras el caso Gescartera: 'Seguimos creyendo que la gente debe prosperar en virtud de su propia iniciativa, sin esperar favores de ningún poder público ni deberle favores a ningún administrador'.
En defensa de sus políticas liberalizadoras y privatizadoras, Aznar remachó que 'cuanto más poder se atribuyen los poderes públicos, más parcelas de la vida económica y social dependen de quienes en cada momento gobiernan, más licencias hay que pedir, más prebendas se pueden conceder, y eso genera favoritismo o, en el mejor de los casos, simple y llana arbitrariedad'. El presidente aseguró ayer que su Gobierno y el PP persiguen precisamente lo contrario a favor de lo que él denomina 'ética de la libertad'.
El presidente relacionó en ese punto la libertad con la responsabilidad individual que debe exigirse a cada uno en una sociedad bien organizada. Entiende que así deben depurarse en cada caso las responsabilidades, porque se 'facilita la transparencia de los procesos de toma de decisiones'. Aznar sostuvo que gracias a esa política económica del PP ahora 'ya no hay apenas empresas públicas que manejar, porque las hemos devuelto a la sociedad. Ya no hay monopolios que proteger, por los hemos abierto a la competencia'. Y en esa línea, aseveró que ahora tampoco 'hay muchas de las reglamentaciones de las que hasta hace pocos años hacían de los gobernantes verdaderos señores de los sectores económicos'.
El presidente cree que con esas actuaciones exitosas para la creación de empleo el PP ha convertido a España 'en una de las economías más fuertes del mundo'.
Todo ese preámbulo le sirvió para llegar al apartado de las conclusiones que ha extraído del caso Gescartera, nombre que no mencionó en toda su intervención. Aznar comprende ahora que 'devolver el poder a la sociedad exige reforzar los controles propios del Estado de Derecho. Exige intensificar la actuación de órganos de control y supervisión, garantes del respeto a las normas por parte de todos'. El presidente enfatizó que quienes creen como él en una sociedad libre y en un mercado dinámico y eficaz no pueden tolerar 'enriquecimientos conseguidos mediante el engaño y la elusión de las leyes'.
Comparación con el PSOE
Fue entonces, ya al final de su alocución, cuando dirigió su estrategia a limitar la responsabilidad política del caso al ex secretario de Estado, sus familiares y a los responsables de Gescartera. Y cuando aprovechó para distanciar el comportamiento del Gobierno del PP ante este escándalo con la actitud de los Ejecutivos del PSOE. Aznar aceptó, eso sí, que había escuchado durante estas semanas 'la narración de las andanzas de una estafa financiera que nos llena de indignación'. Pero remitió la delimitación de las responsabilidades de esos delitos a los tribunales aunque reconoció: 'Ya es evidente que ha habido mucho engaño y mucho aprovechamiento ilícito'.
El presidente diferenció su actitud con énfasis de otras etapas: 'Lo voy a decir claramente, somos incompatibles con la corrupción y exigimos que quienes hayan tenido cualquier tipo de comportamiento irregular paguen todas sus responsabilidades'. Y dirigiendo sus avisos al PSOE, agregó: 'Ante un asunto turbio, hay quien intenta entorpecer y ocultar, frente a quien intenta hacer la luz y exigir responsabilidades. En el Gobierno y en el PP tenemos claro de qué lado de la raya estamos: estamos donde está la mayoría de nuestros conciudadanos; estamos al frente de esa mayoría de gente que no soporta las trapacerías de nadie y que quiere la luz y taquígrafos, caiga quien caiga'.
El presidente concluyó, en esa línea ofensiva de réplica a las críticas por negligencia de la oposición hacia los ministerios económicos afectados y también a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, que en este caso 'fueron los órganos de la Administración quienes descubrieron las irregularidades. Fueron órganos de la Administración quienes lo pusieron de inmediato en conocimiento del juez. Fue el Gobierno quien ordenó investigar todas y cada una de las derivaciones del caso que se han ido conociendo. Es el PP, con mayoría absoluta, quien ha querido que se cree una comisión de investigación. Cualquier comparación con el pasado es nítida'.
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