Aznar intentará neutralizar la crisis política de Gescartera comparando el caso a los del PSOE

Tras disfrutar de las vacaciones de verano más familiares y con menos contactos políticos desde que llegó en 1996 a La Moncloa, José María Aznar empezará a retomar esta noche en Menorca su actividad habitual como presidente del Gobierno y líder del PP con una cena mitin ante 800 militantes en un hotel de Ciudadela. El lunes acudirá a Mallorca a despachar por segunda vez este verano con el Rey en Marivent y el miércoles realizará de nuevo una gira por distintos puntos de Castilla y León, con su visita anual al Monasterio de Silos y el acto nocturno en Quintanilla de Onésimo con el que da por terminado su veraneo.

Todos los dirigentes del PP consultados vaticinan que Aznar aprovechará estos actos para salir al paso de algunas de las cuestiones políticas más polémicas y especialmente para responder a las acusaciones de negligencia contra su Gobierno por el caso Gescartera. El presidente ha seguido la trayectoria del escándalo con contactos telefónicos diarios con los dos vicepresidentes, Mariano Rajoy y Rodrigo Rato, y con los dirigentes de su mayor confianza. A todos ellos les ha transmitido su preocupación. Y sigue alterado, aunque algo menos que antes del 10 de agosto cuando, tras hablar con Rato, tomó la decisión de aceptar la creación de la comisión de investigación que reclamaba la oposición y que al principio había rechazado.

Aznar piensa que aún está a tiempo de neutralizar la mala imagen dada hasta ahora por el Gobierno y sobre todo las críticas del PSOE. El presidente piensa que recuperará todo el crédito perdido en cuanto se empiece a apreciar que su Gobierno 'sí está dispuesto a investigar a muerte y con todas sus consecuencias' el caso. Y cuando se 'distinga esa actitud de las etapas de los escándalos del PSOE en los que no se hacía nada y se tapaba'.

No hay más cargos

El presidente ha recibido información de Rato y del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, con dos datos que le han tranquilizado bastante. Rato y Montoro, a los que se atribuye el ascenso hasta el cargo de secretario de Estado de Enrique Giménez-Reyna cuando sólo era un técnico cualificado en financiación autonómica próximo al PP, le han ratificado a Aznar que 'el caso Gescartera tiene antecedentes en gobiernos del PSOE y que no hay más nombres de altos cargos del partido implicados'. Fuentes próximas a Aznar aseguran, en ese sentido, que el periodo de 1992 a 1996, justo antes de que el PP llegase al Gobierno, 'no es neutro y saldrán cosas'.

El Gobierno y el PP, de hecho, desde que aceptaron la comisión de investigación, movilizan todos los días a varios dirigentes o ministros para replicar que el caso Gescartera se venía gestando desde el mandato del ex ministro socialista Luis Carlos Croissier como presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Y aprovechan para mezclar ese caso con la negativa del presidente de la Junta de Andalucía, el socialista Manuel Chaves, a crear varias comisiones de investigación sobre presuntos escándalos en esa comunidad.

Aznar podría ofrecer hoy en Menorca una primera dosis de esta ofensiva en marcha para atajar la crisis de Gescartera. Aunque también se presume que no respaldará explícitamente al único alto cargo de su Gobierno que ha dimitido por ahora como consecuencia de este caso. Fuentes del PP apuntan que aunque Aznar y Giménez-Reyna se conocían desde niños, al veranear sus familias en Nerja (Málaga), la relación más intensa y fluida del ex secretario de Estado de Hacienda en los últimos años se trabó con Rato y Montoro en las comisiones técnicas del PP sobre financiación autonómica. Así, se recuerda que el primer libro sobre el tema lo publicó Giménez-Reyna como cualificado experto cercano al PP hace casi 10 años.

Aunque Aznar y los ministros y dirigentes del PP que más trataron a Giménez-Reyna siguen pensando que él no se ha llevado un duro, sí se han sentido decepcionados y sorprendidos tras conocer las reuniones que había mantenido con los responsables de Gescartera y de la CNMV. El hecho de que este alto cargo no diera cuenta de esas citas quebró su confianza en él.