Los técnicos comprueban si los ordenadores de Gescartera han sufrido un borrado masivo

Según fuentes de la investigación, los peritos de la Agencia Tributaria se vienen encontrando numerosas dificultades por desconocer o por tener mal consignadas las claves de acceso a los ordenadores desde los que se realizaban las operaciones financieras de Gescartera. Por eso, y ante la sospecha de que en los últimas semanas antes de la intervención pudieron borrarse masivamente soportes y documentos informáticos, los peritos pidieron contar con la presencia de tres empleados de Gescartera para tratar de acceder a la totalidad del sistema.

En las oficinas de Gescartera hay una amplia sala de ordenadores con más de una veintena de terminales, de los que los técnicos confían extraer algún rastro que les permita seguir el itinerario del dinero volatilizado o de comprobar si el volumen de las pérdidas o 'minusvalías' bursátiles pudieron ser de tal entidad como para provocar la ruina de Gescartera, tal como declaró el principal implicado, Antonio Camacho.

Sin embargo, el principal especialista de Gescartera en el sistema informático no pudo ser localizado por el juzgado por estar de vacaciones, por lo que a pesar de que peritos y empleados se personaron a primeras horas de la mañana en la sede central de la agencia, existían dudas acerca de poder acceder a la totalidad del sistema.

Con todo, las fuentes consultadas ratificaron que sigue sin aparece la unidad central de proceso del ordenador de Antonio Camacho, cuyo paradero sigue siendo uno de los principales objetivos de la investigación.

Además de rebuscar en los discos de los ordenadores, los inspectores confían en extraer importante información del lujoso despacho de Pilar Giménez-Reyna, en el que han encontrado numerosas carpetas, archivos y sobre todo, notas manuscritas que van a ser minuciosamente investigadas por la policía. El teniente fiscal de la Fiscalía Anticorrupción, Luis López Sanz, ha solicitado una nueva declaración judicial de Pilar Giménez-Reyna, a la que el juzgado podría llamar a partir de la primera semana de septiembre.

Entre los listados de operaciones y documentos sobre complejas movimientos financieros que los peritos van desmadejando lentamente han aparecido unas tarjetas que les han hecho sonreír: se trata de las invitaciones al enlace nupcial de Antonio Camacho con Laura García-Morey, hija del cantante Jaime Morey, que iba a celebrarse 'en los Jerónimos' el pasado mes de marzo y que tuvo que suspenderse, al parecer por no haber logrado Camacho la nulidad canónica de su anterior matrimonio.

Mayor curiosidad ha suscitado entre los investigadores la correspondencia llegada en los últimos días a la sede de Gescartera, que está siendo intervenida por orden judicial. Según las citadas fuentes, entre la correspondencia figuran varias cartas de Loewe, la tienda de artículos de lujo de la que Camacho se servía para remitir regalos a clientes especiales y a algunos miembros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores.

Según la CNMV, esos regalos, entre los que se encuentra alguno dirigido a la presidenta de la Comisión, Pilar Valiente, fueron devueltos. Sin embargo, el abogado defensor José Lozano, representante legal de Antonio Camacho, aseguró a este periódico que a Gescartera 'no le constan' esas devoluciones, ya que los regalos fueron pagados y no fueron reembolsados. Los peritos esperan contar en breve con la autorización del juez para abrir esa correspondencia.