El Palau de la Música ve la entrada del Gobierno en su gestión como garantía económica de futuro
El Ministerio de Cultura formará parte del consorcio que administra la sala de conciertos
La pela es la pela y no tiene banderas. No las tiene al menos para el Palau de la Música Catalana del siglo XXI pese a su prominente adjetivo de identidad catalanista. La necesidad de cubrir los 2.800 millones de pesetas de presupuesto necesarios para financiar la ampliación de la modernista sala de conciertos llevaron a su director, Fèlix Millet, a llamar a las puertas del Ministerio de Cultura, que ha aprobado aportar 1.600 millones a las obras con la condición de entrar en el consorcio que gestiona la institución. Millet asegura que la entrada del ministerio en el patronato es una garantía económica de futuro para el auditorio ante la anunciada marcha del patronato de la Diputación de Barcelona.
Desde que en octubre de 1999 se presentó el proyecto de ampliación y reforma del Palau de la Música Catalana, firmado por el arquitecto Òscar Tusquets, que permitirá aumentar en 2.700 metros cuadrados el espacio del emblemático auditorio modernista y dotarlo de una nueva sala de conciertos subterránea de 600 plazas, Fèlix Millet anunció su intención de pedir al Ministerio de Cultura su participación económica en el proyecto. En esa fecha, cuando las obras todavía no habían empezado, el presupuesto estimado era de 1.800 millones de pesetas, que en dos años ha aumentado en mil millones más, que ya están cubiertos con la aprobación, el pasado 3 de agosto por parte del Consejo de Ministros en su última reunión antes de las vacaciones, de una subvención de 1.600 millones de pesetas.
Una subvención en forma de convenio de colaboración, que está previsto que próximamente se firme de forma discreta. La concesión de la ayuda ha llevado meses de gestión a Millet para conseguir vencer las fuertes reticencias de la Generalitat a que el Ministerio de Cultura entrara en el patronato del consorcio del Palau de la Música Catalana -integrado hasta el momento por la Administración autómica, el Ayuntamiento de Barcelona y la Diputación-, lo que el convenio de subvención estipula como contrapartida a la inversión.
Formar parte de los órganos de gestión y gobierno de las instituciones culturales catalanas es una de las condiciones que impone el Gobierno del PP para invertir dinero. Así ha sucedido antes en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) y ahora en el Palau de la Música.
Según ha explicado Fèlix Millet a este diario, la entrada del Ministerio de Cultura supondrá una 'garantía económica de futuro para el Palau de la Música'. Como miembro del patronato, el ministerio, al igual que las administraciones catalanas integradas en el consorcio, contribuirá económicamente al presupuesto ordinario anual de la sala de conciertos modernista, cuya propiedad desempeña el Orfeó Català. Millet considera esta aportación como necesaria para poder afrontar holgadamente los enormes gastos de mantenimiento que anualmente tiene el Palau de la Música. 'Siempre vamos justos de dinero y cada año nos quedan pendientes obras para mantener al día un edificio que en el año 2000 acogió actos una, dos y hasta tres veces por día durante 234 días', explica.
Presupuesto
El presupuesto de funcionamiento de este año, aprobado el pasado diciembre, asciende a 445,5 millones de pesetas, cantidad que sólo contempla la gestión y mantenimiento del edificio, ya que el consorcio no programa conciertos y sólo se encarga de gestionar el alquiler de la sala a terceros y dotar de los servicios adecuados al auditorio modernista a quien lo alquila para celebrar un concierto o acto.
La entrada del Ministerio de Cultura en el consorcio del Palau de la Música, cuya vigencia fue prolongada el pasado diciembre por las instituciones hasta el año 2053, también es vista por Millet como una garantía para amortiguar la progresiva marcha de la Diputación de Barcelona del patronato. Esta institución ya ha diseñado todo un plan a largo plazo, no inferior a 15 años, para retirarse no sólo del consorcio del Palau de la Música sino también del del Teatro del Liceo, del cual también forma parte, aunque en el coliseo lírico barcelonés, a diferencia del Palau de la Música, la Diputación figura junto a la Generalitat, el Ministerio de Cultura y el Ayuntamiento de Barcelona como administraciones propietarias del teatro.
Los 1.600 millones de pesetas que el Gobierno ha aprobado aportar a las obras de ampliación del Palau de la Música no están ligados al nuevo proyecto que Millet tiene de adquirir dos edificios ocupados por una escuela, en la calle de Amadeu Vives, en la esquina de las dos fachadas del auditorio modernista, para derribarlos y abrir una nueva plaza de 250 metros cuadrados con la finalidad de dar mayor perspectiva al edificio. El coste de esta operación, de la que ya se ha firmado un acuerdo de intenciones para adquirir los edificios con su propietarios, los Hermanos de la Salle, asciende a 500 millones de pesetas.
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