'Hamaiketako' con tortilla y bacalao

Hoy el programa se adelanta e incluye un homenaje a la ikurriña a las siete de la mañana organizado por las comparsas, que compartirán espacio con los basureros y los repartidores que inundan desde primeras horas el recinto festivo y que forman parte del colectivo que vive las fiestas trabajando y no juergueando. Dos horas después, se abre la inscripción para el concurso gastronómico de tortilla de patata y bacalao, un buen hamaiketako para comenzar la sexta jornada de la Aste Nagusia.

Pero no es la única comida del día. Hoy Marijaia se abraza a los mayores. Como algunos ya no están para muchos trotes y si Mahoma no va a la montaña, la montaña irá a Mahoma, el homenaje a los habitantes de las residencias de ancianos no será en el recinto festivo sino en el colegio Salesianos de Deusto, adonde a partir de las diez de la mañana se traslada la fiesta que culminará con una comida.

En El Arenal, el cogollito de la Aste Nagusia, mientras los participantes en el concurso gastronómico se afanan con los perolos, aizkolaris y trontzalaris ofrecerán una exhibición de fuerza, -ese ingrediente fundamental del deporte rural vasco-, a partir del mediodía. Media hora después, la Banda Municipal comenzará su concierto en el quiosco.

A las cinco de la tarde arranca de nuevo un programa que a esa hora concita varios actos: la apertura de las actividades infantiles y juveniles en los muelles de Ripa y Uribitarte y la subida de mulillas y alguacilillos hacia la plaza de toros, donde hoy lidiarán El Juli, recién recuperado, Enrique Ponce y Javier Castaño.

Traineras

Antes de que den las ocho, es hora de apostarse en los puentes del Arenal, de Euskalduna y en Zubi-Zuri para disfrutar de la regata de traineras y ziabogas Villa de Bilbao, que tiene su meta en el Ayuntamiento. Esta competición, que lleva celebrándose 24 años, tiene su peligro, porque a medida que van pasando las fiestas aumentan los elementos flotantes -y semihundidos- en la ría. Sobre el agua se hacen visibles desde la inofensiva botella hasta la pata de la silla de plástico que alguna vez ya ha dado un buen susto a los voluntarios de la Cruz Roja que se encargan de vigilar la ría en zodiac.

Además de comida, bebida y música, las txosnas ofrecen cada año más actos alternativos al programa oficial. Es el caso de Moskotarrak, que convoca a partir de las nueve de la noche un concurso de feos a que hay que animarse a participar. El premio para el campeón es un gran trofeo y una cena que tendrá que ganarse el que demuestre no sólo tener el rostro menos agraciado sino también habilidad para mostrar horrendas muecas. Para ello, pueden inspirarse en el famoso Franki que, como se sabe ganador, exhibirá fuera de concurso fealdad y mostruosos gestos.