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Reportaje:

Las sorpresas de un basurero romano

Un plan a diez años tomará el relevo a la campaña de verano del yacimiento arqueológico de Iruña de Oca

Que un basurero es fuente de riqueza no es ningún descubrimiento a estas alturas de desarrollo y consumo tecnológicos, pero sigue llamando la atención que sea fuente de conocimiento, como ocurre en el yacimiento arqueológico de Iruña de Oca (Álava), donde se continúa con la investigación de la ciudad de Veleia, uno de las poblaciones principales del Imperio Romano en el País Vasco. Los responsables de la excavación, de la empresa alavesa Lurmen, estarán enfrascados en el análisis del vertedero en que se convirtió parte de una vivienda de este enclave, por lo menos hasta el 7 de septiembre.

A partir de esa fecha se pondrá en marcha un plan diez años de estudio, respaldado por Eusko Trenbideak con una dotación de 620 millones. Con el respaldo de la Diputación de Álava, Eliseo Gil lleva estudiando desde 1994 (a partir de 1997, como responsable de Lurmen) este yacimiento romano de Veleia, que tuvo su máximo esplendor entre los siglos I y V después de Cristo. Antes, hasta un milenio, la zona estuvo habitada y también hay restos de esa población prerromana. En total, 1.500 años de historia bajo una extensión de varias hectáreas que durante los últimos siglos se han dedicado al cultivo del cereal.

Eliseo Gil también será el director de este proyecto de dos lustros con una financiación considerable: 'Nuestra intención es consolidar Iruña como un museo abierto o parque arqueológico que presente distintos aspectos de la ciudad romana, con distintos focos de interés, como esta villa en la que estamos trabajado ahora'.

De momento, la investigación de este verano ya ha deparado algún descubrimiento. En el vertedero en que se convirtió uno de los comercios de la domus de Pompeya Valentina (como si fuera un solar vacío de una ciudad actual), los arqueólogos se han encontrado con un enterramiento infantil. Era conocida la costumbre de los pueblos prerromanos de enterrar a los niños muertos en el hogar familiar, ritual que se mantuvo en época romana (en la domus investigada se han hallado hasta 15 inhumaciones infantiles). Por lo descubierto en esta campaña de 2001, esta práctica también se llevaba a cabo en los comercios, como si hubiera un componente supersticioso en estos usos. Este tipo de enterramiento infantil se prolonga en el tiempo hasta hace unos siglos, ya que en el caserío existía la costumbre de inhumar a los pequeños fuera de la vivienda, bajo el alero del tejado.

Aunque las excavaciones están muy adelantadas, siempre hace falta el asesoramiento de un experto para desentrañar el laberinto de piedras que presenta un yacimiento arqueológico. Hasta el 7 de septiembre, los miembros del equipo que están realizando este estudio de campo informarán a todo aquel que se acerque. 'Pero cuando se ponga en marcha el proyecto que financia EuskoTren, ya habrá un servicio organizado de guías que explicarán toda la ciudad, no sólo esta vivienda', explica Eliseo Gil.

El trabajo será arduo y complejo, como ya se refleja en la domus de Pompeya Valentina, en la que se encuentran restos de diferentes edificaciones bajo la estructura principal de la casa. Entre este cruce de materiales de distinta época, destaca la cisterna de la casa anterior, realizada en hormigón, con el correspondiente encofrado; o el mosaico del patio de la domus principal, asentado sobre un depósito de agua de 50.000 litros, que se podrá contemplar cuando se ponga en marcha el plan de EuskoTren.

Para visitarlo, hay que contactar en el teléfono del Servicio Foral de Museos: 945 181918.

JOSUNE MARTÍNEZ DE ALBÉNIZ

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