La agitada vida de un misionero
Javier Reverte abre un curso sobre personajes históricos
La historia de España está llena de personajes ilustres por descubrir. Javier Reverte (Madrid, 1944), escritor, periodista y viajero vocacional, está convencido de ello. Incluso da una explicación: 'España ha vivido en los últimos siglos muchas guerras civiles y mucho exilio intelectual. Somos un país que no se ha serenado, que no se ha puesto a rascar a fondo en su historia, como han hecho otros países democráticos'. Reverte fue ayer el primero de los escritores que participan esta semana en el curso Diez autores en busca de su personaje histórico, organizado por la Universidad Complutense en El Escorial.
El autor de El sueño de África y Vagabundo en África, díptico de viajes literarios por el continente africano que pronto se convertirá en trilogía, contribuyó hace tres meses a la recuperación de personalidades hispanas olvidadas con Dios, el diablo y la aventura. El libro es la biografía novelada de Pedro Páez Jaramillo (1564-1622), un insigne misionero jesuita, aventurero y sabio, que acumuló sobrados méritos para pasar a la historia; entre ellos, el de ser el primer europeo en descubrir las míticas fuentes del Nilo Azul, además de ser el primero en probar el café.
Reverte confiesa que poco a poco le va abandonando su fascinación por el personaje, al que conoció por casualidad, mientras se documentaba para un viaje por Etiopía, Sudán y Egipto sobre el que escribe en la actualidad; pero sugiere que 'quizá sea ahora el momento de rascar en la historia, porque puede haber muchísimos Pedro Páez esperando'. En su disertación, repasó los numerosos hitos en la vida de Páez, muchos de ellos recogidos en las mil páginas que componen el monumental libro que escribió el jesuita sobre la historia de Etiopía, escrito en portugués al final de su vida, inédito hasta 1945 y nunca traducido al español.
Páez, que pasó siete años cautivo y esclavizado por los turcos, periodo que aprovechó para aprender árabe, persa, chino y hebreo, consiguió tras su rescate que buena parte del Estado de Etiopía se convirtiera por unos años al cristianismo. Un espejismo de expansión vaticana que dio paso, a la muerte del intrépido intelectual, a varios siglos de aislamiento de Etiopía respecto a Europa.
Es muy probable que el libro de Reverte no haya convertido a Pedro Páez en el personaje del año, pero al menos ha servido para que al misionero le dediquen una placa en el lugar donde nació, Olmeda de las Fuentes (Madrid).
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