La Reserva Federal estudia hoy un nuevo recorte de tipos para reanimar la economía
La Reserva Federal de Estados Unidos ya ha bajado los tipos de interés seis veces este año, desde el 6,5% hasta el actual 3,75%. Pero la primera economía del mundo sigue enferma y se da por seguro que el extraordinario eslálom de la política monetaria continuará hoy, con un nuevo descenso que todos los analistas de Wall Street cifran en un cuarto de punto. El Comité del Mercado Abierto de la Reserva Federal se reúne esta mañana, bajo la presidencia de Alan Greenspan, y lo que más interés despierta, más que un recorte ya descontado, es el comunicado de la institución.
La mayoría de los indicadores macroeconómicos inducen al pesimismo. Los inversores están a la espera de que Greenspan, la figura más respetada en los mercados financieros de todo el mundo, deje traslucir su opinión sobre las perspectivas para los próximos meses entre la siempre torturada sintaxis del comunicado de la Fed.
Nadie se atreve aún a descartar la recesión. El relativo optimismo alentado en junio por las estimaciones provisionales sobre el crecimiento del segundo trimestre se ha disipado casi por completo. La primera estimación, que indicaba un crecimiento del PIB del 0,7% entre abril y junio, se considera muy optimista; un nuevo cálculo, que el Gobierno publicará a final de agosto, situará la cifra muy cerca de cero o incluso en territorio negativo.
La propia Reserva Federal, en un informe del 8 de agosto, señalaba que las dificultades del sector industrial (técnicamente ya en recesión) empezaban a expandirse al resto de los sectores, incluido el de servicios, que hasta el momento ha actuado como dique antirrecesivo.
Las políticas monetarias no tienen un efecto inmediato. Históricamente, las reducciones de tipos han tardado al menos seis meses en percibirse; lo más normal es un desfase de un año entre el abaratamiento del dinero y el relanzamiento del consumo. Esta vez, sin embargo, la bajada ha sido muy brusca, de 2,75 puntos en seis meses sin contar lo que se decida hoy, y se ve reforzada por la devolución de impuestos aprobada por el Congreso: un cheque de 300 o 600 dólares, según el contribuyente sea individual o familiar, que llega estos días a los hogares estadounidenses. Todo ese estímulo debería empezar a notarse pronto, pero no es nada seguro que resulte suficiente.
La inminente decisión de bajar los tipos de interés por parte del banco central de Estados Unidos tuvo su efecto en el euro. La moneda europea se debilitó en los mercados de divisas frente al dólar, tras dos semanas de lento pero continuo ascenso, y terminó cambiando a 0,9149 dólares. A juicio de los economistas, la bajada de tipos en Estados Unidos presionará al Banco Central Europeo a reducir también los tipos en los países de la zona euro, que actualmente están situados en el 4,5%, en la primera reunión que mantenga, prevista para dentro de dos semanas. En su último encuentro el pasado 5 de julio, el BCE aseguró que 'la política monetaria del banco es la adecuada', aunque reconoció que esta posición no estaba exenta de cambios de última hora.
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