La piel de un país

Internet ha revolucionado el acceso a los conocimientos científicos. Lo que antes estaba reservado a un selecto grupo de especialistas es ahora de dominio público. Información que tardaba en reunirse meses puede consultarse en unos minutos y, además, actualizada.

Con esta filosofía han trabajado, durante los tres últimos años, un grupo de nueve investigadores del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología (Irnas), dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y con sede en Sevilla. Dirigidos por Diego de la Rosa, han recopilado toda la información existente sobre los diferentes suelos de España y la han puesto a disposición de cualquier ciudadano interesado en una dirección de Internet (http://leu.irnase.csic.es/mimam/seisnet.htm). En total son más de 2.000 páginas web, además de un voluminoso archivo cartográfico, con los que es posible consultar desde análisis a escala regional hasta informes de detalle correspondientes a determinados perfiles de suelo.

El Sistema Español de Información de Suelos sobre Internet (SEIS.net), que así se denomina, se divide en tres grandes capítulos, que ofrecen datos a diferentes escalas. En el primer nivel se muestra una visión global de los recursos naturales del país, siguiendo los criterios de la FAO. Tomando como territorio de referencia las comunidades autónomas, es posible consultar, de cada una de ellas, datos básicos sobre economía, población o clima. También se relacionan las características de sus suelos, las amenazas que sufren, el uso que se les da, los recursos hídricos disponibles y su aprovechamiento, el consumo de productos químicos en la agricultura y la productividad que se obtiene de los diferentes cultivos. Por último, y a modo de ejemplo, se incluye una relación de puntos críticos, casos concretos en los que existe una clara amenaza para la conservación de los recursos naturales, y otra de puntos sobresalientes, buenas prácticas de desarrollo sostenible.

Un segundo nivel está dedicado al Atlas Digital de Comarcas de Suelos, en el que es posible encontrar información detallada de las 324 comarcas que, en todo el país, distingue el Ministerio de Agricultura. Aquí la cartografía muestra datos de altitud, pendiente, características geológicas, tipos de suelos y uso actual, con escalas de detalle que pueden llegar hasta superficies de tan sólo 25 hectáreas. Los mapas se completan con numerosas tablas referidas a la extensión y ubicación municipal de cada comarca, suelos dominantes, materiales originales de los mismos, datos climatológicos e indicadores agroambientales referidos a la productividad potencial de cada uno de estos territorios en función de las condiciones naturales.

El último nivel de este sistema incluye una completa base de datos referida a 183 perfiles de suelo diferentes, sobre los que es posible conocer todo tipo de información, obtenida tanto en trabajos de campo como en análisis de laboratorio.

Sin abandonar este gran almacén de conocimientos el visitante puede enlazar con el sistema MicroLEIS, otra herramienta igualmente desarrollada en el Irnas que permite aplicar la información recopilada a un caso concreto. Combinando todos los datos este programa es capaz de seleccionar, para un determinado lugar geográfico, los cultivos agrícolas y forestales más adecuados, pronosticando la cosecha que se obtendrá según el tipo de plantación y manejo elegido, advirtiendo, asimismo, sobre los riesgos de contaminación y erosión que puede sufrir el suelo.

'En definitiva', explica Diego de la Rosa, 'contamos con un poderoso instrumento de trabajo que nos puede ayudar a formular cualquier estrategia comarcal o local de desarrollo sostenible, o simplemente para estimar el impacto ambiental de una determinada actuación'. Asimismo, añade, podría usarse de manera rutinaria en el diseño de la controvertida Política Agrícola Comunitaria.

A pesar de todas estas ventajas, el SEIS.net no parece haber despertado el interés necesario en la administración española, a pesar de que el Ministerio de Medio Ambiente ha invertido en el desarrollo del mismo 125 millones de pesetas. De la Rosa no cree que se esté rentabilizando este esfuerzo y sospecha que el futuro del sistema no está garantizado.

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