No sólo para dormir

El concepto de diversión nunca es el mismo para todos, y la Aste Nagusia bilbaína no es ninguna excepción. La edad, los gustos y el interés cultural son variados y la oferta festiva se ha adaptado a ello con facilidad. Una de las opciones que ofrece la ciudad a aquellos que ya han pasado la edad de las txosnas o que buscan festejar de una forma más relajada es la de acudir a alguno de los numerosos hoteles bilbaínos, que, como cada año, se preparan para la Aste Nagusia con una programación variada y atractiva.

Coloquios de toros y de teatro, copas, música y, sobre todo, gastronomía son algunas de las actividades que ofrecen én estos días los hoteles de la capital vizcaína. Variedad para la multicultural clientela que acogen, pero también pura tradición para los bilbaínos.

'La implicación de los hoteles de en las fiestas de la ciudad no tiene parangón en ningun otro sitio'

El fenómeno no tiene parangón en otras ciudades, según sostienen los propio responsables hoteleros. 'La implicación de los hoteles en las fiestas es característica de Bilbao', asegura José Antonio Rodríguez, director del Hotel Nervión. En otros puntos del País Vasco, los hoteles preparan una oferta festiva mucho más limitada. La corta duración de las fiestas de Vitoria, por ejemplo, y el menor número de visitantes que movilizan no animan a los hoteleros a organizar unas actividades que sí compensa preparar para los largos nueve días de la Aste Nagusia bilbaína.

La mezcla resulta atractiva para un segmento de población que busca una diversión tranquila y menos ruidosa que la que ofrecen los demás recintos festivos. 'El perfil de cliente que tenemos en la Semana Grande es el de parejas mayores de 35 años que buscan tomar una copa en un lugar agradable pero en el que se respire el ambiente festivo', explica Rodríguez.

Las tertulias son uno de los grandes atractivos de la oferta hotelera. La pasión por los toros reúne cada tarde a diestros y críticos en el Ercilla y en el Indautxu. Allí se dan cita al salir de la plaza para comentar la faena del día bajo la atenta mirada de decenas de aficionados que continúan el festejo con una copita de fino en la mano.

'Mucha gente va de feria en feria siguiendo las corridas, y aquí tienen la oportunidad de poder hablar con los protagonistas de la fiesta', asegura José Luis Martínez, director de comunicación del Hotel Ercilla. Además de los toreros, las numerosas autoridades y caras famosas que acudirán a las recepciones y fiestas de los hoteles también constituyen un atractivo para la clientela.

Los menos taurinos, por su parte, tienen la alternativa de las tertulias teatrales, que comenzaron hace 22 años en el Ercilla y que se han convertido en uno de los puntos de reunión de aquellos más cercanos al arte.

Las celebraciones de la Aste Nagusia suponen un auténtico 'desbarajuste' para la organización del hotel, en palabras de Martínez. 'Todo se retrasa, la gente cena más tarde y resulta bastante complicado convencer a la gente de que el bar tiene que cerrar' asegura. Unos inconvenientes que compensa el hecho de que la mayoría de los establecimientos registra una ocupación del 90% durante las fiestas, al igual que los diversos restaurantes, cuyos menús no pueden permitirse todos los bolsillos.