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Entrevista:IÑAKI AZKUNA | ALCALDE DE BILBAO

'Dudo de que un 80% de la gente quiera que Euskadi sea independiente'

Iñaki Azkuna (Durango, 1943) acaba de cruzar el ecuador de su primer mandato al frente del Ayuntamiento de Bilbao. El alcalde asegura que optar por la independencia requeriría un apoyo muy superior al del 51% que basta en el consejo de administración de una empresa para imponer una decisión.

Pregunta. Ante el inicio de la Aste Nagusia instó a los bilbaínos a no caer en el fanatismo ni en la intolerancia, pero tampoco en el miedo o el fanatismo. ¿Ve signos para ser optimista en este sentido?

Respuesta. No soy optimista. Tampoco pesimista. Me da miedo que nos acostumbremos, me rebelo contra el conformismo. Bilbao históricamente ha sido y es plural. En un pueblo civilizado, si existe un conflicto hay que arreglarlo civilizadamente, no a golpes. Desgraciadamente hay algunos que viven en un mundo muy cerrado y creen que sólo se puede arreglar a golpes. Por eso la civilidad es fundamental. Mientras creamos que lo mejor es nuestro ombligo y no pensemos que también los demás tienen cosas maravillosas, iremos mal. La mezcla buena es lo autóctono con lo universal. Es un error educar a la gente en la cerrazón.

'Como en otras ciudades, en Bilbao nadie quiere un centro de atención nocturna a drogodependientes al lado de su casa, pero desea que le resuelvan los problemas'

P. El otro día reivindicó el respeto al diferente. A su juicio, ¿cada vez hay menos o más respeto?

R. En Bilbao un 92% de la gente tiene respeto al diferente en términos ideológicos. Una minoría nos quiere llevar al huerto a esa mayoría que quisiéramos arreglar las cosas civilizadamente, en una mesa. Si los políticos nos creemos la pluralidad de la que hablamos, debemos respetar al que piensa diferente, lo cual no quiere decir que estemos de acuerdo con él.

P. Hace un año, antes de las fiestas, hacía un llamamiento en favor de la tolerancia y el pluralismo. El jueves lo repitió. ¿No tiene la impresión de que la situación es la misma, si no peor?

R. Si un caricaturista viera nuestro país desde fuera, vería que es muy aburrido, que se repite. Pero existe una historia de país. Los dos últimos siglos no han sido fáciles. Tenemos que buscar salidas razonables.

P. Y aceptables por todos.

R. Sí, aunque bien es cierto que en una mesa de diálogo todo el mundo tiene que dejar pelos en la gatera. Lo que no sé es si los líderes están dispuestos a dejar pelos en la gatera.

P. Da la sensación de que las peticiones de diálogo, sobre todo las que hacen los nacionalistas, es que los demás se acerquen a sus posturas.

R. Eso lo quiere todo el mundo. No soy un estratega, pero la sensación que tengo tras hablar con gente de todo tipo es que quieren una solución razonable. No quieren guerra civil, no quieren muertos ni tristeza y, sobre todo, encuentran inexplicable que esto ocurra en un país en el que, en términos generales, se vive bastante bien, donde no hay problemas religiosos ni raciales y los de apellidos son ya historia. Yo soy de los de 40 apellidos vascos, pero mi hijo ya no lo es.

P. ¿Por qué persiste entonces la violencia?

R. Porque vivimos en dos mundos. Unos viven en un gueto. Es importante hacer carreteras o un polideportivo, pero desde luego es mucho más importante tener las ideas claras sobre la violencia. Mantengo la esperanza de que esa mayoría sociológica del país consiga mantener el tipo, la civilidad y, sobre todo, buscar soluciones dialogadas. Leyendo los periódicos da la impresión de que no todos están dispuestos y que los prohombres del Estado tampoco están a nivel de prohombres de Estado.

P. Y la ciudadanía, harta.

R. Efectivamente, pero tampoco debemos olvidar que, si resolverlo fuera fácil, se habría hecho. HB [ahora Batasuna] está pasada de rosca, les he conocido siempre diciendo lo mismo. Podrán resistir otros 30 años y ETA podrá matar a muchísima gente, pero no quieren ver la realidad del país. Hay miles de problemas y gente absolutamente diferente cuyo denominador común es que quiere vivir bien, en paz, sin tener que mirar debajo del coche ni para atrás.

P. ¿Se siente más identificado con el discurso actual de su partido y del lehendakari, que con el de antes de las elecciones vascas?

R. Son épocas diferentes. Creo que el lehendakari hizo un gran discurso el día de la investidura.

P. ¿En qué cree que cambiaría su vida si Euskadi fuera independiente?

R. Hasta para eso habría que llegar a pactos con España, con Francia, con la UE, etcétera, a no ser que queramos entrar en un proceso, como Argelia. La historia del nacimiento de los países suele ser terrible. Éste no tendría porqué ser diferente. Si Euskadi realmente tiene un proceso plebiscitario y si el 80% de la gente dice que tiene que ser independiente, lo será, sin tiros. Pero esto no es como un consejo de administración donde alguien hace valer el 51% de sus acciones para imponer un acuerdo. Aquí tiros ha habido en la guerra civil, en las tres guerras carlistas y, ahora, desde ETA. Pero con la foralidad ha habido desavenencias terribles entre las diputaciones y el Gobierno de Madrid, pero sin tiros. Otra cosa es que dudo de que un 80% de la gente quiera que esto sea independiente. Ése es otro problema.

P. ¿Creía que en el Ayuntamiento se podía encontrar un problema como el surgido a raíz de la apertura del centro de atención nocturna para drogodependientes que cerró a los 15 días por la presión vecinal?

R. Como en otras ciudades, nadie quiere un centro de esas características cerca de su casa, pero quieren que se le resuelvan los problemas. En este caso, seguramente no se ha explicado ni informado bien a los vecinos sobre qué se iba a hacer. Tampoco sé cuál hubiera sido el resultado de haber explicado el asunto bien a los vecinos.

P. ¿Da la batalla por perdida?

R. No. Hay que retomar las conversaciones en septiembre y ver la posibilidad de abrirlo con ciertas cautelas. No voy a convertirlo en una batalla policial.

P. Al paso que lleva puede acabar la legislatura sin haber aprobado un presupuesto.

R. Sí. Se da la paradoja de que la norma foral vizcaína, unida a la coyuntura económica, nos permite tener un presupuesto prorrogado con muchas posibilidades de gasto. Pero no he conseguido un convenio con algún partido para sacarlo adelante.

P. ¿Lo ha buscado?

R. Sí, pero hemos pasado año y medio terrible. Me temo que el Partido Popular mantiene la tónica de que si nosotros decimos A, ellos dicen B.

P. Con lo cual, las posibilidades se reducen al PSE.

R. Ya veremos cuando empiece el curso político si están dispuestos.

P. ¿Buscará usted el acuerdo o espera que actúen ellos?

R. Yo he tenido una actitud activa, receptiva y favorable a un acuerdo presupuestario durante los dos años. Pero no sólo con el PSE, sino con cualquier partido; también con EH, si hubiera rechazado la violencia y entrado por una senda civilizada.

Iñaki Azkuna, el viernes en el salón Árabe del Ayuntamiento de Bilbao.
Iñaki Azkuna, el viernes en el salón Árabe del Ayuntamiento de Bilbao.LUIS ALBERTO GARCÍA

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