La Iglesia invirtió al menos 2.500 millones de pesetas en Gescartera
El Arzobispado de Valladolid perdió 30 millones y logró salvar de la quiebra cerca de mil
La Iglesia católica ha invertido al menos 2.500 millones de pesetas en Gescartera, según fuentes de la investigación. Esto la convierte es uno de los principales clientes de la sociedad de valores intervenida el pasado 14 de junio tras descubrirse un agujero de 18.000 millones de pesetas. Órdenes religiosas de enseñanza, fundaciones, ONG vinculadas a la Conferencia Episcopal y las obras misionales -el Domund- confiaron parte de sus ahorros a la habilidad inversora del broker Antonio Rafael Camacho, actualmente encarcelado en Soto del Real (Madrid).
No todos han corrido la misma suerte en su aventura bursátil. La mayoría de las monjas y los curas, así como las diócesis de Astorga (León), Cuenca y Palencia, y las ONG Manos Unidas y Fundación Banco de Alimentos -cuya presidenta de honor es Ana Botella- han perdido al menos 700 millones de pesetas. El arzobispado de Valladolid, sin embargo, logró salvar a tiempo 990 millones de un total de 1.020. Un movimiento que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) destaca en el informe que ha remitido al ministro de Economía, Rodrigo Rato, como ejemplo del caos contable de Gescartera.
La diócesis vallisoletana, regida por José Delicado Baeza, figura como cliente de una cuenta de Gescartera con algo más de 30 millones de pesetas. Sin embargo, los inspectores de la Comisión comprobaron que el ecónomo del arzobispado, Enrique Peralta, había retirado de una sola vez un talón por aproximadamente mil millones de pesetas.
Justificantes La cuantía de la inversión la reveló a finales del pasado julio el propio Peralta a Radio Valladolid. 'No son mil millones [los depósitos en Gescartera a nombre de la diócesis], pero casi; 990 o lo que sea. No tengo los justificantes aquí, pero aproximadamente sí fue esa cantidad', dijo. A los pocos días, el arzobispo Delicado aclaró al corresponsal de EL PAÍS en Valladolid que habían perdido 'entre 30 y 40 millones'. Ésta es la única cantidad que, según el informe remitido al ministro Rato, figuraba a nombre del arzobispado. ¿Cómo, entonces, pudo cobrar el ecónomo el talón de 990? Este interrogante alarmó a los inspectores de la CNMV en 1999, circunstancia que el arzobispado de Valladolid aprovechó para poner a buen recaudo un dinero cuya custodia empezaba a resultar sospechosa. El ecónomo lo reconoce a Radio Valladolid: 'Hubo una pequeña intervención de la CN, CM, la cosa ésa de los valores; no sé como se llama; sí, la CNMV... Parece que vieron alguna cosa que... Entonces preguntamos a Gescartera si podíamos retirar el dinero enseguida y nos dijeron que sí. Y lo sacamos sin más gestiones'. No todos pudieron hacerlo. A otras órdenes religiosas -salesianos, clarisas, cistercienses, hermanos de La Salle, San Agustín, filipenses- Gescartera les atribuye más de mil millones. Estas congregaciones disponen de diversas fuentes de ingresos. Además de subvenciones y donaciones, en su mayoría se dedican a la enseñanza. Una de las más afectadas, las misioneras agustinas (506 millones) poseen, además, hostales y pensiones en Castilla y León, según consta en el registro. La de San Agustín (120 millones), igualmente centros de enseñanza, desde guarderías a colegios mayores, seminarios, editoriales y una explotación intensiva de ganado en Burgos. Escuelas y editoriales poseen también salesianos, clarisas, filipenses y La Salle. La diócesis de Palencia -el obispado reconoce pérdidas de 20 millones- regenta garajes. Las clarisas, guardamuebles y sociedades de 'tinte, lavado y planchado'. Las mayores pérdidas se han registrado en las delegaciones de estas congregaciones en Castilla y León. Por otra parte, entre la lista de inversores en paraísos fiscales elegidos por Gescartera para salvaguardar el dinero de sus 'clientes especiales', publicada ayer por El Mundo, destacan 126,5 millones de la Fundación Caldeiro y 214,4 asignados a José María Castro. Según el registro mercantil, la fundación pertenece a la orden de terciarios capuchinos; José María Castro, director comercial de Gescartera, fue contable de las Obras Misionales Pontificias (Domund).
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