El Museo de Bellas Artes 'de siempre' cierra sus puertas al público el próximo domingo
La pinacoteca reabrirá en octubre como un museo del siglo XXI
'Estamos pensando en abrir esa jornada todo el día, y no cerrar a las dos de la tarde como es habitual en festivos. El día 15, que es fiesta, abrimos todo el día', avisa el gabinete de comunicación.
Este cierre por dos meses marca la frontera entre el Museo de Bellas Artes 'de siempre' y el del siglo XXI, un lugar adaptado a las nuevas demandas del público, al nuevo papel del museo en la sociedad actual. Para ello se han instalado distintos servicios que hacen más cómoda la estancia del visitante. 'Esperamos duplicar el número de visitas. Ahora quien va a un museo busca la comodidad, el poder disfrutar de un café cuando hace una parada en el recorrido, que haya espacio para ver a gusto las obras y que luego se pueda llevar un recuerdo o adquirir el catálogo', explica el subdirector.
La semana pasada se cumplió un año de la inauguración de la tienda y la cafetería. Como colofón, cuando el Bellas Artes reabra sus puertas contará con un restaurante en la cuarta planta, desde la que 'sólo se ven árboles', indica Bakedano, los del parque de Doña Casilda donde se ubica la pinacoteca. 'Lo llevará un cocinero de renombre, Aitor Basabe', recuerda.
Debajo de los pasillos se ha construido la biblioteca, que reúne obras de referencia, monografías, catálogos y colecciones de revistas, y debajo de la fuente del museo se ha construido un auditorio de 220 butacas donde se reinaugurará el servicio de cinemateca. 'Retomamos los 18 años de cine que este museo ha venido ofreciendo', comenta. Hay otras mejoras que el visitante no verá, pero que inciden en el renovado funcionamiento del centro, como modernas oficinas en los sótanos.
La primera exposición Para Bakedano lo 'más importante que se ha llevado a cabo es la climatización', algo que no se aprecia a simple vista, pero que es fundamental para que, gracias a unas adecuadas temperatura y humedad, 'no sólo estén cómodas las obras, sino también el espectador'.
Además, 'la circulación entre salas va a ser mucho más fluida ya que habrá un nexo de unión, un intercambiador, entre el edificio antiguo y el nuevo', indica. El subdirector del Museo de Bellas Artes considera que este intercomunicador es la parte más espectacular de la obra, ya que antes 'los dos edificios estaban como separados'.
Bakedano se niega a detallar qué van a encontrar los visitantes en la reapertura. 'Hemos aumentado el espacio expositivo en más de 700 metros cuadrados', apunta. 'Sobre cómo estará distribuido todo ese espacio y qué vamos a situar en él, prefiero que sea una sorpresa', indica. 'Estamos procurando que las instalaciones sean fascinantes, que los cuadros no parezcan los mismos aunque lo sean. Estoy absolutamente seguro de que el día 23 [de octubre] vamos a sorprender', afirma.
El 12 de noviembre, eso sí se sabe, se presentará la exposición Mujeres impresionistas. Una mirada íntima. Esta muestra, que se organiza en torno a Mujer sentada con un niño en sus brazos, de Mary Cassatt, que pertenece a los fondos del museo desde el año 1920. reunirá los trabajos de ésta y de MaryBraquemond, Berthe Morisot y Eva González. 'Ésta es una de las líneas que vamos a seguir, la de que las exposiciones temporales se contextualicen con obras nuestras. Nuestra intención es hacer más exposiciones de producción propia, de categoría internacional y de colaboración con otros museos. No queremos limitarnos a ser meros receptores de exposiciones que itineran por ahí', asegura el subdirector.
En cuanto a las adquisiciones, el museo realiza 'una política muy selectiva' y sólo compra 'unas siete obras anuales'. A la hora de adquirir una obra, los responsables se fijan en las carencias de la colección o en mejorar el fondo de un artista. 'Lo más importante de un museo es su colección permanente. Nosotros, además, cuidamos especialmente la de pintura vasca, la más importante del mundo'.
Apenas algún visitante de estos últimos días sabía que podía apreciar sus colecciones temporales y la parte expuesta de la permanente en su disposiciñón actual. Muchos de los que lleguen a partir del día 20, sobre todo los extranjeros, se encontrarán con las puertas cerradas. 'Eso significa que después de octubre habrá que venir otra vez', exclama Hanna, una alemana que se felicita por haber escogido estos días para pasear por Bilbao. Lo mismo piensan los dos Ángel (Ruiz y Puerta), uno de Santiago de Compostela y otro de Tenerife, respectivamente, que acudieron juntos 'a ver la colección permanente'. 'Yo vine el año pasado y, como estaba en obras, no pude ver la colección permanente, que es lo más interesante de este museo. Parece que esta vez hemos tenido suerte', dice Ruiz. La mayoría de los visitantes se mostraba satisfecho con la remodelación. Quedan siete días.
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