Alcalá la Real homenajea a su 'hijo' Pep Ventura, reformador de la sardana
Una nutrida delegación de Terrassa se unió a la conmemoración
Alcalá la Real, un municipio de algo más de 20.000 habitantes ubicado en la sierra sur jiennense, en tierras que en el pasado marcaron la frontera entre el reino castellano y el nazarí de Granada, siempre ha presumido de ser un pueblo tolerante y abierto a todas las culturas. Ayer dio una muestra de ello en el emotivo homenaje rendido a uno de sus hijos más ilustres, el músico y compositor José Pep Ventura Casas, (Alcalá la Real, 1817-Figueres, 1875).
En plenas fiestas de la Virgen de las Mercedes, los alcalaínos tuvieron como huéspedes a una nutrida delegación del Centro Cultural de Alcalá la Real en Terrassa, uno de los más numerosos del municipio barcelonés en el que el 30% de su censo tiene origen andaluz.
Al frente de la delegación viajó el alcalde de la citada localidad, el socialista Manuel Royes, que ayer se congratulaba de 'haber conseguido hacer una ciudad mestiza, con la suma de los que bailan sardanas, sevillanas o jotas'.
Monumento e himnos Junto a su colega alcalaíno, el también socialista Juan Canovaca, y el presidente del Centro Cultural de Alcalá en Terrassa, Pedro Domínguez, Royes presidió la ofrenda floral realizada sobre el monumento erigido hace varios años en el paseo de los Álamos, todo ello bajo los sones de Els Segadors -que es también una de las muchas sardanas compuestas por Ventura- y el himno de Andalucía interpretados por la Agrupación Musical Pep Ventura de Alcalá.
Previamente, los miembros del grupo Gegants de Terrassa llevaron a cabo un espectáculo de fuego y, más tarde, dieron color a las tradicionales collas sardanísticas a las que se sumaron, con menor destreza pero no con menos ahínco, numerosos jiennenses.
Testigo de todo ello fue José Ibáñez, un músico alcalaíno de 82 años que fuera en la década de los años 70 quien lograra acreditar en los ambientes culturales catalanes el origen andaluz de Ventura.
El compositor, creador de la sardana en su versión moderna y reformador de la cobla (banda que interpreta la sardana) con la introducción de la tenora -una especie de flautín característico de la música catalana- nació en Alcalá al ser destinado hasta allí su padre, sargento de Infantería. Con apenas tres años volvió a la tierra natal de su familia, instalándose primero en Rosas y más tarde en Figueres, donde aprendió música con Joan Llandrich como maestro.
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