Cultura quiere declarar BIC la Casa de la Inquisición de Mancha Real
Los propietarios pretenden construir viviendas y trasladar su portada
La Consejería de Cultura ha atendido las peticiones formuladas por algunos grupos políticos y colectivos sociales para proteger la llamada casa de la Inquisición de Mancha Real (Jaén), un edificio del siglo XVII que, según los historiadores, era el lugar donde los tribunales religiosos castigaban y perseguían el luteranismo, el erasmismo u otras prácticas consideradas como delitos contra la fe. Con la decisión de inscribir el inmueble en el Catálogo del Patrimonio Histórico Andaluz, Cultura rechaza también la intención de la familia Martínez Bordiú de trasladar la portada palaciega de la casa, construida en 1681 por López de Rojas, el mismo que edificó la fachada principal de la Catedral de Jaén.
La Comisión Provincial de Patrimonio de Jaén ha informado desfavorablemente tanto de ese traslado como del proyecto presentado por los actuales moradores del edificio para construir tres viviendas en su interior. 'Hemos decidido proteger no sólo la portada, sino todo el inmueble por los numerosos valores históricos y patrimoniales que atesora', afirma la delegada de Cultura en Jaén, Andrea Gómez. Cultura atendía así las peticiones que, en ese sentido, habían formulado especialmente el grupo de IU en el Parlamento Andaluz, el catedrático de Arte de la Universidad de Jaén Pedro Galera y el investigador local José María Morillas.
La Delegación de Cultura en Jaén ha incoado expediente para la Protección Singular e Integral del inmueble y su inscripción en el Catálogo del Patrimonio Histórico Andaluz. Actualmente, el expediente está pendiente de ser informado en la Dirección General de Bienes Culturales de la Junta de Andalucía para la declaración del edificio como Bien de Interés Cultural (BIC).
La casa perteneció a Paz Calatrava, tía carnal de los Martínez Bordiú, siendo heredada por uno de los hermanos, José María, barón de Gotor, que pretendía trasladar la portada palaciega hasta su finca de Arroyovil, próxima a Mancha Real y lugar en el que el general Francisco Franco solía pernoctar cuando acudía a alguna cacería en la zona.
Para el profesor Pedro Galera, el edificio responde a un tipo de edificación tradicional del siglo XVII de gran singularidad, por sus galerías, vanos y cámaras porticadas. Su construcción fue encargada por la Iglesia. El pésimo estado de conservación de la portada, que quedó excluida de la venta del inmueble por los Martínez Bordiú, llegó a una comisión vecinal de Mancha Real a movilizarse para evitar la demolición.
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