La entrevista entre Aznar e Ibarretxe fuerza el diálogo de los cargos de Interior

Rajoy anunció ayer que la pretensión de su reunión con Balza es retomar la relación institucional, en el terreno específicamente policial, una vez constituido el nuevo Gobierno vasco. El ministro precisó que se trata de lograr un compromiso de cooperación integral en materia antiterrorista, en todos los frentes, especialmente en la cooperación de las Fuerzas de Seguridad del Estado y la Ertzaintza. También anunció la necesidad de concertar con Balza un 'plan de acción contra el terrorismo callejero' antes de que acabe septiembre, y que abarcaría los terrenos de la información, la prevención y la represión.

En esta materia, el departamento que dirige Balza ya puso en marcha para este verano un plan de refuerzo del número de agentes para hacer frente a los incidentes de violencia callejera que se producen en las fiestas patronales de los municipios vascos. De esta forma Balza pretende evitar sucesos como los incidentes de Bergara del pasado 3 de junio y los de Lasarte del 30 de ese mes, en los que decenas de encapuchados, con tácticas de guerrilla urbana, tomaron el centro de ambos pueblos para realizar sabotajes y se enfrentaron a una policía mermada en efectivos, que a duras penas puro reconducir los incidentes.

Rajoy quiere conocer también de la posición del Gobierno vasco ante la política de acoso de la judicatura hacia el entorno de ETA, así como la actitud que adoptará el PNV cuando el Parlamento Europeo vote el espacio europeo de justicia y seguridad, lo que sucederá en los próximos meses, en la actuación coordinada de las presidencias belga y española de la Unión Europea.

Policía integral Por contra, Balza pondrán encima de la mesa el acuerdo del Parlamento vasco por el que se exigía al Gobierno central que incluyera a la Ertzaintza, como policía integral que es, entre las Fuerzas de Seguridad del Estado con posibilidad de realizar persecuciones en caliente en la Unión Europea. Cuando España se adhirió al Tratado de Schengen, el entonces Gobierno socialista excluyó a las policías autonómicas de la lista de policías con posibilidad de operar en países limítrofes. El vicepresidente primero justificó la premura del encuentro en la ofensiva terrorista de ETA, centrada este verano, de manera particular, en los objetivos turísticos, así como en la activación de la kale borroka. (lucha callejera).

Aznar, en su encuentro el lunes con Ibarretxe, le planteó la necesidad de esta reunión y le expresó su 'decepción' porque Balza no aceptara de inmediato la propuesta que le hizo Rajoy recientemente. Fue el pasado 15 de julio, con motivo del funeral del ertzaina Mikel Uribe en Tolosa (Guipúzcoa), según fuentes del Ministerio del Interior.

Una vez que el portavoz del Gobierno, Pío Cabanillas, hiciera pública la 'decepción' del Ejecutivo hacia Balza por el aplazamiento del encuentro hasta septiembre, Interior vasco aseguró que si el encuentro se había aplazado era por 'cuestiones de agenda'. Balza añadió después que estaba dispuesto a reunirse con Rajoy 'mañana mismo'.

'Falsas polémicas' Y de hecho, ayer mismo Balza aseguró en Radio Euskadi que su comunicación con el ministro del ramo es fluida, al igual que la de su viceconsejero de Seguridad, Mikel Legarda, con el secretario de Estado para la Seguridad, Pedro Morenés. 'Hablo habitualmente con él y hay una relación absolutamente normalizada', dijo al tiempo que reiteraba que la versión de Cabanillas no se correspondía con la realidad y solo alimentaba 'falsas polémicas y confusión' en una 'cuestión de Estado' como es la lucha contra el terrorismo. Rajoy cogió el guante y ayer mismo por la mañana telefoneó a Balza sin encontrar respuesta. Poco después, el ministro, en una rueda de prensa, reiteró la necesidad de la reunión 'a la mayor celeridad posible', una exigencia en la que insistió Cabanillas casi a la misma hora desde La Moncloa.

A mediodía se producía el contacto telefónico y se concertaba la entrevista, que se celebrará el viernes a las 16 horas en el Ministerio del Interior. Pese a las apariencias, las relaciones personales entre Rajoy y Balza son buenas y antiguas. Mantuvieron un contacto muy estrecho entre los años 1996 y 1998, cuando Rajoy era titular de Administraciones Públicas y Balza, el número dos de Juan José Ibarretxe en el área de Desarrollo Autonómico.