Rajoy afirma que la etarra muerta en Torrevieja preparaba varios atentados

El artefacto que le estalló a Castresana cuando lo manipulaba contenía diez kilos de dinamita procedente del robo de ETA en Grenoble (sureste de Francia) el 7 de marzo pasado. Pero en el apartamento de La Mata (Torrevieja) que ocupaban los presuntos terroristas, propiedad de los padres de Oiarzabal, había más dinamita, en una cantidad que aún no se ha precisado y que no llegó a explosionar.

El ministro del Interior, Mariano Rajoy, aseguró ayer que Castresana, de 22 años, y Oiarzabal, de 24, formaban un comando legal (no fichados) procedente de Guipúzcoa que se desplazó a Torrevieja con el propósito de atentar de inmediato contra intereses turísticos. El titular de Interior anunció que se ha reforzado la vigilancia policial en las zonas costeras y destacó que los presuntos etarras disponían de dinamita suficiente para realizar 'tres o cuatro' atentados.

Oiarzabal huyó en un Ford Mondeo gris metalizado, matrícula 6685-DCV. Tanto el turismo como el apartamento donde se produjo la deflagración son propiedad de sus padres. Era el apartamento que la familia utilizaba habitualmente durante las vacaciones.

Anartz Oiarzabal Ubierna participó el pasado año en los actos de homenaje a los cuatro miembros del comando Vizcaya que fallecieron el 8 de agosto al estallar la bomba que transportaban en un coche en el barrio bilbaíno de Bolueta, según informaron fuentes policiales a la agencia Vasco Press. Fue arrestado en una ocasión por agresión y desobediencia a agente de la autoridad.

La Guardia Civil registró la madrugada de ayer los domicilios familiares de ambos, en los barrios de Alza y Ategorrieta, en San Sebastián. Una tercera vivienda inspeccionada por los agentes corresponde a un domicilio que figuraba en el DNI de uno de los dos presuntos miembros de ETA. Se incautaron de 'documentación política' relacionada con la banda terrorista que está siendo analizada.Previamente, durante el desescombro del inmueble de Torrevieja, los agentes hallaron la documentación de los dos etarras.

Los padres de los dos presuntos terroristas comparecieron ante la titular del Juzgado número 2 de Torrevieja. Luego, los progenitores de la fallecida se desplazaron al tanatorio de Torrevieja para identificar el cadáver.

Interior confirmó que el número de heridos por la deflagración asciende a ocho, cuatro de ellos niños, aunque ninguno reviste gravedad. 14 apartamentos de la urbanización Aldea del Puerto Romano permanecen clausurados y seis de ellos han sufrido graves desperfectos. 49 personas pasaron la noche del martes realojadas en distintos hoteles de Torrevieja. Esta situación se repitió anoche, dado que las tareas de desescombro aún no habían terminado.

Según el ministro, es 'difícil' determinar si existen en la zona otros comandos con similares objetivos, dada su condición de itinerantes. No obstante, fuentes de la Comandancia de la Guardia Civil de Alicante no descartan la presencia de más etarras legales, debido a la gran colonia de ciudadanos vascos con propiedades inmobiliarias en Torrevieja. En esa población se calcula que al menos un 20% de apartamentos y bungalós son propiedad de familias originarias de Euskadi.

Retraso en la actuación

Tras la explosión, que despidió el cuerpo destrozado de la etarra al exterior del apartamento, la investigación apuntó como causa una acumulación de gas procedente de una bombona de butano. No obstante, todos los vecinos consultados hicieron hincapié en el 'olor a pólvora' que inundó la urbanización tras la deflagración. A pesar de ello, las autoridades no informaron de que se trataba de un artefacto explosivo. Durante cerca de cuatro horas no se desalojó a los vecinos, como ocurre cuando hay un suceso de este tipo, no se montó un cordón de seguridad, ni se registraron los coches sospechosos ni tampoco activó la operación jaula, el dispositivo que las fuerzas de seguridad ponen en marcha tras una acción terrorista para capturar a los posibles autores. Sin embargo, un portavoz del Ministerio de Interior señaló que 'las fuerzas de seguridad actuaron de forma impecable'.

'Se formó una gran polvareda y empecé a notar un intenso olor a pólvora', dijo Alfonso, propietario de una de las viviendas del bloque donde se registró la explosión. Este vecino y el administrador de la urbanización subrayaron que ninguno de los apartamentos -construidos hace diez años- cuenta con instalación de gas. 'Todas las cocinas son eléctricas', remachó el propietario.

Respecto al tiempo que los etarras llevaban alojados en el apartamento, hay versiones contrarias. Mientras unos vecinos aseguran que no sospecharon nada y que ni tan siquiera llegaron a ver luz en la vivienda, otros, como un camarero del bar de la urbanización, mantiene que los supuestos terroristas habían llegado hacía unos 15 días. 'Desde hace unos 10 o 15 días les he estado sirviendo el desayuno, unas naranjadas y tostadas', explicó. 'Estoy seguro de que al menos la chica [por Olaia Castresana] era ella, porque la he reconocido'.

El presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, manifestó a la agencia Efe su 'satisfacción porque hay una activista de ETA menos, que tenía la intención de matar, y eso, por lo menos en este caso, se ha acabado'. 'Hay que congratularse de que esta asesina no vaya a poner más bombas y matar a más inocentes, y hay que recordarle a esta gentuza que el que juega con fuego, se quema', añadió.

Jesús Caldera, portavoz parlamentario del PSOE, resaltó que 'la democracia siempre se entristece cuando se pierde una vida, pero esto ocurre cuando se actúa desde el odio y el fanatismo, y si algo hay de positivo es que se han salvado vidas inocentes'. El portavoz del PNV en el Congreso, Iñaki Anasagasti, también lamentó la muerte de Castresana, pero precisó que es 'una muerte más de la propia ETA'. 'Una chica que con 22 años se mete en una carrera en la cual se convierte en una activista para supuestamente manipular explosivos, es una víctima más de la propia ETA', agregó.