La hija de los cielos tormentosos
'Orang biasi ini' ('Es una persona como las otras'), dice la gente. En sus memorias, Sukarno recuerda que nació el 23 de enero de 1947 en Yogyakarta durante una tormeta. De allí su nombre: Megawati, 'la hija de los cielos tormentosos'. Una buena parte de la prensa y del establishment de Yakarta traza un perfil poco favorable de ella: una mujer reservada, sin talento para la intriga y cuyo principal mérito es ser la hija del fundador de Indonesia, Sukarno. Sin embargo, Megawati Sukarnoputri es una mujer querida y el fenómeno va mucho más alla de las islas de Java o de Bali, donde tiene sus raíces.
En junio de 1999, durante las primeras elecciones libres en cuatro décadas, su formación, el Partido Democrático Indonesio para la Lucha (PDI-L), logró un tercio de los votos y superó ampliamente al Golkar, una formación que se apoya en la Administración y que fue, durante un cuarto de siglo, el apoyo de la autocracia de Suharto. Mega, una mujer conservadora y muy firme en sus convicciones, se veía en el poder. Sin embargo, los pequeños partidos musulmanes le robaron su victoria al elegir a su gus dur (hermano mayor), Abdurrahman Wahid. Tuvo que contentarse con la vicepresidencia.
Una vida difícil
La hija mayor de Sukarno no ha tenido una vida fácil. Tras una infancia sin problemas en los palacios presidenciales, su universo desapareció cuando el Ejército derrocó a su padre en 1965. Tenía 18 años y se ocupó de Sukarno, exiliado en Bogor (Java) hasta su muerte, en 1970. Los años siguientes tampoco fueron felices: su primer marido, con el que tuvo dos hijos, se mató en un accidente de avión en 1970. En 1973 se casó con Taufik Kiemas, un rico hombre de negocios de Sumatra (la fortuna declarada de la pareja en abril de 2001 ascendía a mil millones de pesetas).
Entró en la vida política mucho más tarde, en 1987, cuando aceptó formar parte del Parlamento por el PDI, uno de los tres partidos autorizados por Suharto. Pero su auténtico compromiso político llegó en 1993, cuando Suharto intentó librarse del PDI, que se había distanciado demasiado del poder. Su sede fue asaltada el 27 de junio de 1996, provocando cinco muertos. Mega se convirtió entonces en un símbolo de la resistencia al viejo dictador. Legalista y contraria a la violencia, esperó a que llegase su momento. Sólo cinco meses después del derrocamiento de Suharto, en enero de 1998, condenó su autocracia. Y sólo en 1999, cuando logró la victoria, pronunció su discurso programático. Pero su relación con Wahid, amigo de su padre, se fue deteriorando. No esperó hasta 2004, cuando terminaba el mandato de Wahid, y en 2001 decidió romper y empezar la lucha. Sin concesiones.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.