Bloquear a Álvaro Cuesta y al Tribunal de Cuentas

Nadie explica muy bien en el PSOE a qué puede obedecer la cerrazón del PP y en particular del presidente del Gobierno, José María Aznar, contra la candidatura de Luis Martínez Noval para el Tribunal de Cuentas. Pero todos los dirigentes consultados tienen claro que no es por el motivo matemático, como argumenta oficialmente el PP, de que la propuesta socialista suma demasiados candidatos de alto nivel político: cuatro de su cuota de cinco. Aznar descalificó a Martínez Noval para ese puesto el jueves en El Escorial porque le parecía imposible pretender compatibilizar el ejercicio del control al Gobierno del PP desde el Parlamento con la fiscalización al Ejecutivo más tarde desde un puesto institucional. Esa previsión está contemplada perfectamente en la ley reguladora del Tribunal de Cuentas.

En el PSOE concluyen que el veto a Martínez Noval persigue cobrarse dos piezas políticas del máximo nivel por el precio de una. Si el diputado Martínez Noval no accede al Tribunal de Cuentas no dejará libre su escaño para el ingreso en el Congreso del asturiano Álvaro Cuesta, miembro de la Ejecutiva Federal de la máxima confianza de José Luis Rodríguez Zapatero. Además, ni Aznar ni sobre todo Rodrigo Rato tienen en buena consideración a Martínez Noval, al que reprochan su estilo virulento de hacer oposición en su época de portavoz parlamentario por la contundencia de sus denuncias, particularmente contra Josep Piqué. Varios de los escándalos que afectaron entonces a Piqué, como el caso Ercros o las polémicas subvenciones en Industria, así como gran parte de la gestión del Gobierno de Aznar, están pendientes de distintas actuaciones y fiscalizaciones del Tribunal de Cuentas, que ha funcionado en los últimos años de forma lánguida.

Tampoco se olvida en el PSOE que Rato llegó a cuestionar a Cuesta ante Joaquín Almunia, el anterior líder socialista, por el tipo de denuncias que formuló contra el vicepresidente económico.