En 1999 se investigó otro 'agujero' de 1.000 millones
Gescartera, propiedad de Antonio Camacho, ya fue investigada hace tres años por la Comisión del Mercado de Valores al descubrir el organismo un desequilibrio en sus cuentas de 970 millones de pesetas. En una actuación rutinaria, la empresa no pudo documentar más que 30 millones de una inversión total de 1.000 realizada por el arzobispado de Valladolid, según publica hoy el diario Cinco Días. La CNMV no llegó a abrir expediente porque los altos cargos de la diócesis no presentaron reclamación alguna.
Tras una primera aproximación verbal en la que el arzobispado reconoció haber invertido 1.000 millones, el arzobispo de Valladolid declaró en reuniones formales posteriores que no se acordaba de la cantidad exacta depositada. Incluso reiteró su plena confianza en Camacho.
Con anterioridad a esta actuación, la CNMV había expedientado a la empresa financiera no registrada Bolsa Consulting, también propiedad de Camacho. Esta firma nunca pagó la multa de 128 millones que le fue impuesta por la autoridad bursátil. Bolsa Consulting llegó a mover activos por 95.000 millones, pese a tener un capital de 30 millones.
Tras la liquidación, el nuevo grupo de Camacho, Gescartera, aprovechó el antiguo domicilio fiscal de la entidad liquidada.
A pesar de estos antecedentes, el 27 de febrero de 2001 el Boletín Oficial del Estado (BOE) rubricaba la conversión de Gescartera, sociedad gestora de carteras, en Gescartera Dinero Agencia de Valores. El consejo de la CNMV había autorizado el 4 de agosto de 2000, todavía con Juan Fernández-Armesto como presidente, el expediente de transformación, tras un informe favorable fechado a final de julio. En septiembre, Economía, que tiene la última palabra, aprobó la conversión. Según la CNMV, "ninguno de los miembros del consejo de administración de Gescartera estaba inhabilitado".
Antonio Camacho había colocado en la presidencia de Gescartera a Pilar Giménez-Reyna, hermana del secretario de Estado de Hacienda, que trabajaba con los Camacho desde hacía varios años captando clientes. A los pocos meses de la conversión en agencia de valores, la CNMV descubre indicios de irregularidades en las cuentas. Los intentos por clarificar la situación topan con la falta de colaboración de Gescartera, aunque fruto de ese proceso aparecen dos documentos que desvelan falsedad en la acreditación de fondos de la firma.
La madrugada del pasado 16 de junio la CNMV decide intervenir Gescartera. Tras un mes de trabajo de los interventores, el organismo bursátil traslada el caso a la Audiencia Nacional al detectar un agujero de 13.000 millones de pesetas. Gescartera había comunicado que sus activos eran de 8.500 millones. Camacho ingresó en prisión el pasado lunes.
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