Entrar en la UE supone invertir hasta el 3% del PIB en medio ambiente

Los países del Este que optan a entrar en la Unión Europea (UE) tendrán que invertir durante los próximos años entre un 2% y un 3% de su Producto Interior Bruto (PIB) en mejorar el estado de su medio ambiente. Así lo aseguró ayer Soledad Blanco, jefa en la Comisión Europea de la Unidad de Cooperación Medioambiental con los Países Terceros Europeos, durante un encuentro en Valencia de estados candidatos.

Embajadores y representantes de la República Checa, la República Eslovaca, Hungría y Polonia, todos ellos inmersos en el proceso de ampliación de la UE, iniciado en marzo de 1998, asistieron ayer en Valencia a un encuentro sobre políticas ambientales y el ingreso en el grupo europeo. Blanco destacó el enorme esfuerzo que han de hacer estos países en unos pocos años para cumplir los requisitos ambientales que marca Bruselas. Para la funcionaria europea, en estos países efectivamente hay unos 'puntos calientes' con graves situaciones de contaminación debido a la política industrial de los regímenes comunistas, pero ahí no acaban sus problemas ya que, 'aunque no tan graves', los déficits en infraestructuras son enormes, sobre todo, según aseguró, en materia de suministro de agua potable y de aguas residuales.

Para paliar estos problemas y converger con los países miembros de la UE, los candidatos tienen que demostrar que pueden cumplir con toda la normativa comunitaria. Por ello, tienen que hacer fuertes inversiones en muy pocos años, ya que no pueden abordar un problema y aparcar el resto. Inversiones que por tanto han de superar hasta a las de los estados miembros (en España el gasto público ronda el 1,2% del PIB).

Blanco explicó que la UE ha establecido ayudas específicas (equivalentes a los fondos de cohesión de los países miembros) en materia de transportes y de medio ambiente para estos países (que también cuentan con partidas equivalentes a los fondos estructurales para temas administrativos y de formación). Pero negó que, por lo menos hasta el 2007, estas ayudas supongan detraer ayudas para países todavía en fase de convergencia, como España.

Blanco apuntó que la incorporación de estos países supondrá grandes beneficios para los ya integrados. Sobre todo en materia de salud pública o en satisfacción del ciudadano. 'Una contaminación transfronteriza más baja significa una mejor calidad del aire a través de Europa', incide la experta. Y lo mismo con la calidad del agua de ríos y mares.