'En España es muy arriesgado encaminarte a carreras científicas'
Alberto Saiz Salguero (Barakaldo, 1976) se licenció en Ingeniería Industrial en junio del año pasado en Bilbao. Su proyecto de fin de carrera sobre diseño avanzado de satélites obtuvo un diez de calificación y recientemente ha sido galardonado con el premio Accenture, dotado con 250.000 pesetas. Su proyecto aporta como novedad la utilización de algoritmos genéticos (un método de optimización de carácter aleatorio que aplica las leyes de la evolución de Darwin) que hasta ahora se utilizaban en cálculos numéricos, para 'abordar problemas de gran complejidad', explica Saiz.
A sus 24 años, este joven ingeniero trabaja en Toulouse (Francia) en la empresa aeronáutica Geci Internacional, realizando cálculos térmicos y mecánicos de satélites y fuselajes de aviones, aunque asegura que 'siempre me ha gustado desarrollar cosas nuevas; la investigación es lo mío'.
Pregunta. ¿Qué novedades aporta su proyecto de investigación de fin de carrera?
Respuesta. Lo que tiene de novedoso es la aplicación de los algoritmos genéticos para solucionar problemas de un alto grado de complejidad; hasta ahora, estos algoritmos se utilizaban para cálculos numéricos, para maximizar y minimizar funciones.
P. En 1999 comenzó esta investigación, ¿qué ha sido lo más complicado?
R. El programa de computador específico para modelizar este tipo de estructuras que hemos desarrollado. Hemos tenido que hacer muchos ensayos informáticos para determinar los parámetros que depuran el programa.
P. ¿Qué aplicaciones tiene su proyecto? ¿Qué aporta a la industria aeronáutica?
R. Los algoritmos genéticos se pueden utilizar para resolver cualquier problema de un número alto de variables que no se pueden afrontar con otras herramientas. Se puede aplicar para realizar soldaduras en el terreno aeroespacial y para el control de deformación de estructuras.
P. ¿Le gustaría dedicarse a la investigación?
R. Siempre me he considerado un científico, más que un técnico; siempre me ha gustado desarrollar cosas nuevas. El problema es que es demasiado arriesgado encaminarte a carreras muy científicas, sobre todo, en España, porque para desarrollarte en un alto nivel en física o química, te tienes que ir fuera y también en ingeniería.
P. De hecho, está trabajando en Francia.
R. En ingeniería la investigación está en un segundo plano. Dan becas para investigar pero no son un trabajo, si quieres estar más seguro económica y profesionalmente, no te sirven las becas, porque te convierten casi en un estudiante.
P. ¿En qué va a invertir las 250.000 pesetas del premio?
R. De momento, voy a hacerle un regalo a mi hermano que fue el que se encargó de presentar mi proyecto al premio Accenture porque yo estoy en Toulouse.
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