La 'milla de oro' madrileña

La actriz Julia Roberts se paseaba en la película Pretty woman cargada de paquetes por Rodeo Drive. Pero bien podía haberlo hecho por la calle de Ortega y Gasset en el barrio de Salamanca. Como en la famosa calle de Los Ángeles, en la Quinta Avenida de Nueva York o en la galería Vittorio Emanuele de Milán, Madrid tiene un espacio en el que se reúne el comercio de lujo. Es una zona donde los curiosos se detienen a ver escaparates a la vez que se frotan los ojos sorprendidos por la larga fila de ceros que lucen las etiquetas y donde sólo los muy ricos compran. En los 250 metros de la calle de Ortega y Gasset, limitados por la calle de Serrano y la de la Velázquez, se agrupan los locales de grandes firmas de la moda mundial. Es un espacio para el comercio más elitista, pero también un negocio inmobiliario en el que se mueven miles de millones de pesetas.

'Con que lleguen dos futbolistas al mes, de esos que se compran todo, ya se han cubierto los gastos'

CB Richard Ellis, una de las grandes consultoras inmobiliarias internacionales, tiene marcada esta calle como la más cara y demandada de la ciudad. 'Es difícil establecer un precio, porque todo depende de la situación de los locales. Pero digamos que el precio del mercado está en 15.000 pesetas el metro cuadrado de alquiler y tres millones y medio el metro cuadrado en caso de venta', explica una experta en este tipo de operaciones. Con estas cifras, las cuentas que se obtienen son astronómicas. Los 1.000 metros cuadrados de la tienda de Elena Benarroch, por ejemplo, tienen un precio de venta en el mercado de 3.500 millones, y los 700 metros cuadrados de la de Versace, 2.450 millones, aunque hay quienes están dispuestos a pagar aún más.

Los comerciantes que se instalan en esta vía no suelen ser propietarios de los locales. Se trata de alquileres a los que se accede a través de traspasos. Los propietarios de estos espacios son por lo general dueños de todo el inmueble y suele tratarse, según explican las consultoras inmobiliarias, de familias que desde hace muchos años poseen este patrimonio.A pesar de lo que pudiera pensarse a tenor de los precios que se barajan en esta zona, siempre hay dos o tres agentes inmobiliarios en la calle buscando un local para satisfacer una petición. 'Es normal, de un tiempo a esta parte, que las grandes firmas de la moda nos pidan que les busquemos un hueco en esta calle. Es difícil, pero al final lo conseguimos. Para ellos solemos destinar a dos o tres personas que van de tienda en tienda haciendo ofertas a los actuales inquilinos', informan en CB Richard Ellis.

Pero donde se manejan las grandes cifras son en los traspasos. Los dos últimos han batido todas las marcas. Los datos de estas operaciones no tienen carácter oficial, pero corren de boca en boca entre los comerciantes de la zona. Así se cuenta que la joyería Cartier ha pagado 1.500 millones por hacerse con el local de 500 metros cuadrados que hasta hace poco ocupaba en la esquina de Serrano con Ortega y Gasset la tienda de comestibles Olmedo. Su anterior inquilino, Fernando Olmedo, se ha quedado un pequeño espacio y una terraza en la calle.

El otro gran traspaso de la calle ha sido el protagonizado por la marca de ropa francesa Christian Dior, que se ha hecho, por 1.000 millones, con el espacio que antes ocupaba la Brasserie de Lista, un próspero restaurante que ha cerrado sus puertas ante el ofrecimiento de tantos millones. Y es que en esta calle, cuentan los comerciantes, a veces resulta más rentable cerrar un negocio próspero que seguir con él.

Pero no todos son de la misma opinión. La diseñadora Elena Benarroch se instaló hace cinco años en la calle de Ortega y Gasset, a la que llegó procedente de la calle de Zurbano. 'Se veía venir que ésta iba a ser la zona más importante de la ciudad', explica. 'Desde entonces este sitio ha ido creciendo. Hay gente que, en broma, me dice que, como yo soy un poco culpable, deberían cambiarle el nombre a la calle y ponerle el mío', añade.

El local más espacioso de la zona es el de Benarroch, que tiene 1.000 metros cuadrados. 'La gente viene a esta calle a comprar calidad. Saben que aquí están las mejores tiendas y que, por tanto, pueden comprar lo mejor del mercado', afirma la diseñadora. El público que acude a esta calle posee un alto nivel adquisitivo. 'Es gente de la ciudad que busca calidad, otra que viene desde provincias a comprar en Madrid y extranjeros', explica Benarroch. Y añade: 'Todas las grandes ciudades del mundo tienen una calle de la moda, y en esta ciudad es Ortega y Gasset. Creo que este fenómeno es irrepetible en la ciudad. Es imposible que en otra calle pase lo que está sucediendo ahora en ésta'.

Elena Benarroch tiene encima de la mesa varias ofertas para traspasar su local, pero la diseñadora no contempla esta posibilidad. Dos de las grandes firmas italianas, Gucci y Ferragamo, buscan en los últimos meses hacerse un hueco en la zona, pero de momento no han logrado convencer a nadie de que les haga un traspaso. Ferragamo ha hecho, según los comerciantes, ofertas a dos tiendas a la vez para unirlas y crear un gran espacio. La operación no se ha cerrado.

Otro de los espacios con más superficie es el que ocupa en dos niveles Versace, que posee 700 metros cuadrados en Ortega y Gasset, esquina a Claudio Coello. 'Allí, con que lleguen dos jugadores de fútbol, de esos que se compran todo, al mes, ya han cubierto gastos', explican los comerciantes más veteranos de la ciudad. Porque uno de los grandes misterios de esta calle a precio de oro es cómo logran sobrevivir los comercios si las tiendas están casi siempre vacías. Los comerciantes aseguran que todos son negocios rentables. 'Lo que sucede es que no son sitios a los que acuda mucha gente a la vez. Pero, con unos cuantos buenos clientes al mes, claro que se gana dinero', dice uno de ellos.