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Las subvenciones de CiU a colegios de élite erosionan la credibilidad de Mas

Preocupación en CDC por el desgaste de su candidato a suceder a Pujol

El pasado lunes, el sindicato USTEC-STES, que había interpuesto un recurso contra la concesión del concierto educativo a siete escuelas de élite de Barcelona, Badalona y el Vallès -tres de ellas vinculadas al Opus Dei-, hizo públicos los informes preceptivos pero no vinculantes de los inspectores de Enseñanza. Seis de los siete centros, según la inspección, no reunían ni uno solo de los requisitos exigidos por la LODE para acceder a estas subvenciones que el primer año costaron más de 900 millones de pesetas al erario público.

El Departamento de Enseñanza de la Generalitat había intentado esconder estos documentos, pero se vio obligado a entregarlos al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) después de que éste diera un plazo de 10 días al Ejecutivo para hacerlo con amenaza de multa. Los informes desmontaban la tesis mantenida por la titular de Enseñanza, la convergente Carme Laura Gil, de que había otorgado los conciertos a estos colegios porque estaba legalmente obligada a hacerlo. Sólo uno de los centros satisfacía necesidades de escolarización y ninguno de ellos atendía poblaciones escolares de condiciones socioeconómicas desfavorables. Todos, además, cobran importantes cantidades de dinero por un servicio que, una vez concertado con la Administración, legalmente debe ofrecerse de forma gratuita.

La consejera Gil mantuvo silencio, pero quien salió a la palestra en su defensa fue el conseller en cap Mas. Cuando falta dinero, dijo, 'se otorgan los conciertos a aquellos centros que cumplen mejor con las condiciones preferentes', pero como 'había un dinero disponible se consideró que no hacía falta que cumplieran estas condiciones preferenciales', añadió.

Las confusas explicaciones de Mas fueron interpretadas por la opinión pública como que a la Generalitat le 'sobraba' dinero para dárselo a los ricos. La oposición socialista, cuyo líder, Pasqual Maragall, había sufrido duros ataques tanto desde el entorno nacionalista -el propio Mas le había acusado de 'hacer el mono'-, no dejó escapar la ocasión. Su portavoz, Joaquim Nadal, llamó a Mas 'el patinador' y le recriminó que sobrara dinero para financiar colegios de ricos mientras se mantenían más de 800 barracones en las escuelas públicas de secundaria dependientes de la Administración catalana. Las críticas le llovieron incluso desde sus socios del PP. La diputada autonómica Carina Mejías consideró 'una barbaridad' las declaraciones del conseller en cap y recordó que se habían negado conciertos a escuelas que tuvieron que cerrar dejando a pueblos sin escolarización, pues eran las únicas.

El revolcón político que ha sufrido el pretendiente a suceder a Pujol en el trono catalán ha sido de tales dimensiones que miembros de la ejecutiva de CDC han sugerido a Mas que nombre un portavoz del Gobierno catalán, de forma que pueda concentrarse en proyectar su candidatura a la Generalitat 'sin quemarse en el día a día', según indicaron a la agencia Efe fuentes del partido.

Esta recomendación, añaden estas fuentes, pretende convencer a Mas de que el nombramiento de un portavoz no pondría en duda ni la cohesión interna del partido ni la apuesta de Convergència por su liderazgo. En estos sectores inquieta la imagen de un Mas volcado en dar explicaciones técnicas de la acción de gobierno y poco dedicado a 'la gran política', por lo que se le pide que huya de la gestión diaria y transpire más ideología con el fin de consolidar su liderazgo y escoger mejor los momentos para el cuerpo a cuerpo con el socialista Pasqual Maragall, al tiempo que haga caso de la recomendación que Pujol le lanzó, sin citarlo, 'a dejar el despacho' y recorrer el territorio para ganarse la adhesión del electorado.

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Esta inquietud se alimenta de los datos que aportan los sondeos. Los socialistas dieron a conocer ayer su barómetro electoral trimestral. El PSC le lleva 2,5 punto porcentuales de ventaja a CiU, lo que es 1,5 más que en las elecciones. Pero en la preferencia por candidatos, Maragall obtiene el 53%, frente al 27,9% de Mas.

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