Barreras sanitarias para multitudes

Más de 600.000 personas bebiendo y disfrutando juntas de una fiesta callejera durante un fin de semana constituyen un grave problema de salud. Y San Fermín lo es. Pero el dispositivo sanitario desplegado al efecto por el Gobierno de Navarra ha pasado la prueba.

El primero de los dos fines de semana de estos sanfermines del siglo XXI ha sido el más multitudinario de toda su historia. Lo corroboró ayer el consejero de Salud del Gobierno navarro, Santiago Cervera, que en el ecuador de la fiesta visitó dos de los principales puntos de atención sanitaria extrahospitalaria organizados en la ciudad con el objetivo esencial de despejar las servicios de urgencias de los hospitales.

Santiago Cervera se mostró satisfecho por el funcionamiento del ambulatorio General Solchaga, convertido en una primera barrera de atención, y de la conocida como coctelera, una improvisada instalación sanitaria atendida por especialistas de Cruz Roja destinada específicamente al tratamiento de quienes beben más de la cuenta, ingieren alguna droga de diseño o padecen lesiones moderadas derivadas de este tipo de intoxicaciones.

La idea consiste en acercar los puntos de atención sanitaria al epicentro de la fiesta, el casco antiguo de la ciudad para evitar la llegada de estos pacientes a los hospitales. Gracias a ello, este año las urgencias hospitalarias han atendido en la primera mitad de la fiesta a 211 pacientes frente a los 317 del pasado año. Hay que apuntar, no obstante, que los sanfermines del nuevo milenio están siendo muy tranquilos, a pesar de las elevadas estadísticas, y que la tendencia 'hacia unas fiestas más sanas' está siendo, en palabras del máximo responsable sanitario de Navarra, 'relativamente positiva'.

En el balance hay espacio para todo. Se ha atendido a 949 personas en la primera mitad de San Fermín, una cifra ligeramente menor a la del año pasado, que fue de 970. De ese número, 654 fueron curadas en el servicio extrahospitalario montado en el ambulatorio General Solchaga, con un aumento del 6,8% con respecto a 2000 que beneficia a los dispositivos hospitalarios de urgencias.

Por la popular coctelera, en la que Cruz Roja atiende en ocho camas y decenas de colchonetas los casos más graves de etilismo, intoxicación por drogas o traumatismos, han pasado ya 300 personas. Las drogas y el tipo de atenciones cambian con el paso del tiempo. Cada año se ven más casos de intoxicaciones por consumo de pastillas y menos urgencias por el consumo de las drogas clásicas como la heroína. La cocaína, afirman los expertos, se sigue consumiendo en abundancia en San Fermín aunque sus efectos no se dejan ver en este tipo de servicios sanitarios de atención rápida.

Si el dispositivo sanitario ha funcionado bien, la actitud de algunos ciudadanos dejó mucho que desear. Cervera denunció la actitud incívica de grupos de personas que obstaculizan la labor de las ambulancias cuando acuden a alguna urgencia.