Bill Wyman revela que en los Stones estaba frustrado porque no grababan sus canciones

Wyman tocó anteayer en A Coruña, hoy lo hace en Madrid y continuará de gira por España, mañana, en el teatro Cervantes de Málaga; el jueves 12, en el Auditorio de San Javier (Murcia), y el viernes 13, en la sala Razzmatazz, de Barcelona. El músico se mostró en todo momento feliz y relajado. Fumando sin parar y con un vodka con tónica ante sí, respondió de muy buen grado a las preguntas de periodistas y fans, aunque la mayor parte de ellas fueran referidas a su paso de 31 años, hasta 1993, como bajista en los Rolling Stones. 'Llegó un momento en el que lo había hecho todo: ganar todos los discos de oro, hacer las giras más ambiciosas, ser las superestrellas más grandes del rock. Además, había formado una nueva familia y por aquellas fechas murió mi padre, así que decidí que era el momento de realizar un cambio en mi vida', afirmó.

Esto le llevó de nuevo a las raíces de la música negra de las cinco primeras décadas del siglo XX. 'Ésa era la música que hacía con los Cliftons al principio de mi carrera y la que luego hicimos al principio de los Stones', señala. 'Era música para divertirse, sin más pretensiones. Así que tomé la decisión de volver a sentir de nuevo la proximidad y el calor del público, de tocar de nuevo para audiencias más pequeñas'.

En sus Rhythm Kings militan nombres del calibre del mítico guitarrista Albert Lee; los teclistas Georgie Fame, mano derecha de Van Morrison, y Gary Brooker, que estuviera en Procol Harum; el batería Graham Broad, que ha tocado con Beach Boys, Drifters o los Temptations, y la espléndida vocalista Beverley Skeete. Para el disco han contado con otros colaboradores ilustres, como el ex beatle George Harrison, de quien Wyman soltó la siguiente bomba: 'Me acabo de enterar de que tiene un tumor cerebral y está tratándose en Suiza'.

Purista Wyman es consciente de que la música que toca, purista en su concepción y desarrollo de los arquetipos de música negra que fueron minoritarios desde los años veinte hasta los cuarenta, no es muy popular entre la gente joven. 'Pero es por culpa de los medios de comunicación, que no la valoran; las radios, que no la programan, y, sobre todo, la industria del disco, que ahora mismo no quiere saber nada de calidad. No están interesados en la buena música; sólo en la que vende'. No obstante, se muestra esperanzado con las nuevas generaciones: 'Hay que resistir hasta que aparezcan nuevos valores, gente joven que ponga este estilo otra vez en primera línea'.

Tras reconocer que su abandono de los Rolling Stones fue una de las decisiones más difíciles que ha tenido que tomar en su vida, no deja ver atisbo de nostalgia alguno. 'Me marché porque llevaba veinte años tocando Jumpin' jack flash y no quería tocarla otros veinte años más'. Dice llevarse bien con sus ex compañeros: 'Charlie Watts vino a verme tocar hace dos semanas y suelo quedar a menudo con Ron Wood', pero no se muestra interesado en lo que la banda ha hecho sin él. 'Me han mandado algún disco de los nuevos e, incluso, alguna camiseta, pero no los he oído. No me interesa esa clase de música porque estuve muchos años haciéndola'. Se siente terriblemente afortunado porque asegura que ha vivido 'dos vidas distintas: una con los Stones y otra después'. 'Ahora me interesa escribir, la arqueología, estudiar el blues'. Además, desmonta lo de que fuera el más callado de los Stones: 'Una vez me preguntaron por qué nunca hablaba y respondí que porque nadie me preguntaba nada. Todos preferían hacerle preguntas a Mick, Keith o Brian Jones. Si te fijas, Charlie y yo siempre estábamos aparte y con alguna cerveza en la mano'.