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Entrevista:

Jean-Guy Talamoni: 'Cataluña es el modelo para Córcega'

El líder nacionalista corso dice que París no respeta sus compromisos

La violencia corsa es mucho menos mortífera que la de ETA. Pero sus efectos políticos son graves para un Estado tan fuertemente centralizado como el francés. Talamoni denuncia 'la hipocresía' de la clase política de París, 'a la que les parecen más simpáticas las capuchas del subcomandante Marcos que las de los independentistas corsos'.

El líder nacionalista, que asegura carecer de 'relaciones estructurales con la clandestinidad', sabe lo suficiente como para afirmar que el independentismo 'estaba dispuesto a desmilitarizarse'; pero 'ahora ya no sabemos lo que va a pasar con el alto el fuego' declarado por el FLNC -el grupo más duro- a finales de 1999.

Los incidentes menudean. En plena reivindicación nacionalista para que sean concentrados en la isla una treintena de presos corsos, cuatro detenidos comunes se han evadido de Borgo, la prisión de la isla, como auténticos señores: uno, en helicóptero, y los otros tres, por la puerta, como si alguien tuviera interés en señalar que agrupar presos en Córcega equivale a dejarles en libertad. No menos misterioso es el asesinato de un periodista, descartado por los investigadores como 'crimen político', por más que se tratara de un crítico del nacionalismo. El viernes por la noche fue dinamitado un cuartel policial en construcción en Bastia, mientras que la voladura de casas aquí o allá no es infrecuente.

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Córcega cuenta con un litoral de casi 1.000 kilómetros, más largo que toda la Costa Azul, y virgen al 80%. La Asamblea corsa podrá decidir qué debe hacerse en la franja costera en caso de que el estatuto se promulgue como está ahora. Descontados los espacios ya protegidos o de construcción más costosa, hay unos 200 kilómetros de litoral teóricamente urbanizable, un potencial económico esencial para un territorio de 8.600 kilómetros cuadrados y 260.000 habitantes -casi el triple de extensión que Mallorca, pero menos poblado-, donde los clandestinos llevan años 'protegiendo' bellezas naturales a base de dinamita.

'Tres cuartas partes de Córcega viven del presupuesto francés', explica Marie-Jean Vincinguerra, diputado liberal de la Asamblea corsa, quien se pregunta 'si sería viable hacer de Córcega la vitrina ecológica de Europa'. Más radical, Jean-Guy Talamoni, jefe de filas de Corsica Nazione, asegura que el estatuto no da garantía alguna para evitar 'que los grandes grupos económicos compren tierras', una capacidad que debería limitarse 'a los que posean la ciudadanía local'.

Empresarios muy implicados

Entre los nacionalistas hay empresarios muy implicados: Cesar Filippi, dueño de uno de los mejores hoteles de la isla, enumera los desastres causados por la gestión centralizada -'ni un solo kilómetro de autopista, pero tenemos siete puertos y cuatro aeropuertos, y una universidad que produce abogados, y no se estudia el italiano, cuando son italianos el 80% de nuestros clientes'- antes de remachar: 'Queremos el poder de decidir'.

El grupo nacionalista representado por Talamoni obtuvo el 17% de los votos en la última elección a la Asamblea corsa. Pero sus proyectos van mucho más allá: consisten en alcanzar 'la independencia dentro de Europa', para lo cual se necesita construir un tejido político y social que 'afirme el pueblo corso'.

'Hay muchas diferencias entre Cataluña y Córcega', admite Talamoni en su despacho del centro de Bastia, la segunda ciudad de la isla. 'Cataluña es rica, y nosotros, no; en Cataluña no hay violencia, y entre nosotros, sí'. Pero el líder nacionalista quiere hacer obligatoria la enseñanza de la lengua corsa; forzar a que los empleos públicos sean atribuidos a los corsos, y no a los franceses 'del continente', y condicionar la compra de tierras o la apertura de empresas a disponer de la 'ciudadanía local' corsa, que se adquiriría en función de una serie de años de residencia.

Talamoni niega que los 18.000 funcionarios del Estado presentes en la isla puedan pertenecer al 'pueblo corso'. Y 'no por motivos étnicos, sino porque están aquí de paso'. Pero sí piensa en facilitar el retorno 'de los corsos que quieran volver a su tierra' (actualmente hay más de un millón repartidos por el mundo).

Cataluña es el modelo cultural: 'Su lengua ha conocido un verdadero renacimiento gracias a su enseñanza obligatoria, al uso forzoso del idioma en los documentos oficiales y a la difusión masiva a través de los medios audiovisuales. Para nosotros sería casus belli que la lengua corsa no fuera tratada de manera conveniente en el pacto de Matignon'.

La derecha isleña, que sostiene la autonomía en contra de casi todos sus colegas franceses, también se interroga sobre el futuro. José Rossi, presidente de la Asamblea corsa y diputado liberal en el Parlamento francés, reconoce que una franja del independentismo quiere reemprender la violencia, 'pero la voluntad mayoritaria de los nacionalistas es buscar un compromiso político', y 'salvo una inimaginable revolución sangrienta, en los 10 ó 20 años próximos no cabe pensar en una inversión de la relación de fuerzas que conduzca a Córcega a independizarse de Francia', afirma.

En la encrucijada de reprimir todo sentimiento nacionalista o de probar una autonomía razonable 'dentro de la República Francesa', Rossi defiende 'una reforma que sitúe a Córcega en el nivel medio entre las autonomías de Europa'. ¿Cómo Cataluña? 'No, Cataluña es casi un Estado dentro del Estado; es una realidad que no puede ni concebirse desde Francia'.

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