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Reportaje:

Milosevic, en el banquillo de los serbios

División de opiniones ante la actitud desafiante del ex dictador en el Tribunal de La Haya

Los políticos serbios lo comentan según el color de cada cual. El analista Bratislav Grubacic sostiene que el ex presidente Slobodan Milosevic intenta seguir ante el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) el modelo del dictador Tito cuando le procesaron en los años treinta e ignoró al tribunal que le juzgaba.

La actitud altanera de Milosevic ante el juez de La Haya ha dejado sin duda huella entre sus compatriotas en Serbia. Aunque no ocultan el deseo de salir de una vez de la situación de miseria en que Milosevic sumió al país, los serbios parecen haber sentido una satisfacción íntima ante la postura de quien fue su líder durante 13 años. La gran mayoría de los serbios percibe al TPIY como un instrumento de las fuerzas que durante 78 días bombardearon el país, hace poco más de dos años. Bratislav Grubacic, director del boletín en inglés VIP y prestigioso analista político, lo resumía a este periódico: 'La gente se sintió contenta con Milosevic y pensó: ¡qué se jodan!'.

Los serbios han sentido una satisfacción íntima ante la postura de quien fue su líder durante 13 años.
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Para el primer ministro de Serbia, Zoran Djindjic, el caso Milosevic 'es un asunto terminado'. 'Ahora tenemos que ocuparnos de otras cosas sobre las que sí podamos influir. Milosevic ya está bajo la competencia de la justicia internacional y es asunto suyo cómo se comporta', añade. El viceprimer ministro de Serbia, Nebojsa Covic, declara que el procedimiento ante el TPIY 'quizás parezca penoso y difícil, pero, siempre que pensemos en esa sensación de pena y dificultades, debemos recordar lo que hemos vivido en los últimos 10 años. Su postura ante el tribunal fue típica de él'.

Zoran Andjelkovic, secretario general del Partido Socialista de Serbia (SPS), que todavía preside el preso de La Haya, declara que el TPIY 'es un tribunal político que tiene como objetivo desacreditar la defensa del pueblo serbio tanto contra los que mataban a nuestros ciudadanos en Kosovo como contra la agresión de la OTAN. En vez de comentar la postura de Milosevic, hay que preguntarse quién, en contra de la Constitución, permitió el secuestro de un ciudadano de Yugoslavia'. El fascistoide Vojislav Seselj, caudillo del Partido Radical Serbio (SRS), afirma: 'Los radicales serbios están contentos de que Milosevic haya adoptado una actitud tan fuerte y digna ante el criminal Tribunal de La Haya. A nosotros nos gustaría que él persistiera en esa actitud, que proteja los intereses del pueblo serbio y desenmascare el trasfondo de un tribunal criminal, que es instrumento de la OTAN'.

El analista Grubacic escribe en VIP que Milosevic intenta seguir el modelo del legendario Tito, cuando le procesaron en los años treinta y se negó a reconocer la legitimidad del tribunal. Esto, sostiene Grubacic, catapultó a Tito y lo convirtió en una leyenda comunista: 'Milosevic intenta quizás convertirse en una leyenda por el mismo camino'. Según el analista, con su actitud, Milosevic quiso 'mostrar al pueblo serbio que todavía es el mismo viejo tipo valiente que no tiene miedo a Occidente'. Grubacic considera probable que 'esto haya molestado a muchos de los enemigos de Milosevic que esperaban que apareciera ante los jueces del TPI como un dictadorzuelo quebrado'.

En la calle la gente reacciona con desagrado a los intentos de preguntarles qué piensan sobre la actitud de Milosevic en La Haya. La mayoría se niega a responder. Entre las personas abordadas llaman la atención una madre y una hija y una pareja de novios con opiniones opuestas sobre Milosevic. La madre, Ljiljana, de 50 años, y su hija Tanja, de 25, no tenían reparo en mostrar sus diferencias:

La madre: 'Estuvo muy arrogante, muy confiado en sí mismo. No me pareció nada bien. Así no se consigue nada'. A su lado, la hija la contradice: 'Todo lo contrario. A mí me pareció muy bien. Le felicito'. Según la madre, 'nada se puede conseguir así, por la fuerza. Fue su política tan dura la que nos ha metido en esta situación'. La hija responde: '¡Claro que siempre he estado en contra de él!, pero me dio pena que todo eso se hiciera así, y le felicito por su postura'.

Monika, de 20 años, y su novio Marko, de 27, también discrepan. La novia dice: 'Se podía esperar de él semejante actitud. Lo digo en un sentido totalmente positivo. La verdad es que él me cae mejor que los que mandan ahora'. El novio declara: 'No lo he visto en la televisión, pero he oído cómo estuvo. Creo que hay que juzgarlo allí, no sólo a él, sino a todos los culpables'.

Slobodan, un ingeniero de 52 años, afirma: 'Me gustó su actitud. Tenía razón. ¿Acaso Naciones Unidas reconoció ese tribunal? ¿Acaso la Asamblea General tomó esa decisión? ¿Quién le juzga?'.

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