Zaplana y las cuentas del Gran Capitán

Imagino que a estas alturas todos los valencianos tenemos clara nuestra opinión sobre los superávits o déficits de la Generalitat, así como a quién hay que creer en todo esto, si a Zaplana con sus críticas a la falta, según él, de la correcta aplicación de las normas contables por parte del Tribunal de Cuentas, o a este tribunal.

Decía Zaplana que 'el lastre de la deuda es menor que con el PSOE'. Ante esto no se ha producido una réplica política basada en los números, pero sí ha habido contestación por parte del Banco de España, que nos aclara que la deuda de la Generalitat, desde que gobierna Zaplana, se ha incrementado en un 127%. Esto en sólo seis años.

El Tribunal de Cuentas no ha cuestionado el sistema contable que emplea la Generalitat sino que se ha limitado a poner cada cosa en su sitio, armonizando y conjuntando fechas y cantidades para que estén en su debido lugar en el momento preciso en que se materializa el gasto. Esto es tan elemental como el que dos y dos son cuatro.

Pero el Consell de Zaplana, ¿va a poner remedio? El consejero de Economía, Vicente Rambla, ha dicho que la Generalitat ha elaborado un nuevo Plan de Contabilidad para los presupuestos de 2002 en el que desaparecerán las diferencias de imputación de ingresos y gastos que existen, según afirma, entre la normativa legal valenciana, por lo visto muy parecida a las cuentas del Gran Capitán, y la que aplica el Tribunal de Cuentas.

Esto no contribuye a bajar el endeudamiento o evitar que éste aumente. A mí, francamente, me hubiera tranquilizado que la Generalitat adoptara una nueva forma de gestionar los dineros públicos a fin de evitar déficits y el que la deuda aumente sin sacarle el rendimiento social correspondiente, ya que las carencias en Sanidad, Educación, servicios sociales son más que evidentes, graves, pero más graves serían si es verdad que la Generalitat tiene superávits económicos, porque eso, en las actuales circunstancias, no se puede entender, ni mucho menos se puede tolerar.