La Iglesia de México considera inválida la nueva boda de Fox

Francisco González, secretario del episcopado, admitía el pesar del clero: 'Él se declaró ferviente católico, pero en los hechos no lo demostró'. El jefe del Gobierno reconoció la incomodidad de su situación, las dificultades de un noviazgo obligado a la clandestinidad y a las habladurías porque ella sumaba su condición de novia a la de portavoz del Ejecutivo. El tribunal de La Rota, por otra parte, no concedía su aquiescencia y hubo que tirar por la calle de en medio. Ningún tribunal de la Santa Sede ha anulado el primer matrimonio del presidente.

'Pero ya no había espacio para seguir esperando. Estaba yo enamorado y había que casarse', reveló Fox en una entrevista con Televisa la noche del lunes, poco después de la cena ofrecida en honor del presidente español y de su esposa. 'Besos, besos', pedía un grupo de empleados del palacio. Ni Martha Sahagún ni Vicente Fox podrán comulgar o confesarse por haber contraído segundas nupcias por lo civil.

'Mientras la Iglesia no declare la nulidad del matrimonio que hicieron por la Iglesia, el primero sigue siendo válido', agregó el secretario del episcopado. La excomunión ha quedado descartada, según portavoces de la curia, pero los flancos más conservadores de la constelación de grupos que apoyan al Gobierno claman al cielo. Jorge Serrano, director de Cultura de la Vida, recordó que la Iglesia no admite el divorcio ni la disolución del vínculo. 'Por eso el licenciado Vicente Fox continúa casado con la señora Lilian de la Concha. Quien se separa de su esposa y se une a otra por las leyes civiles cae en el adulterio'.

Hace un mes, de madrugada, el presidente propuso matrimonio a su portavoz, discreta novia desde hace diez años, desde los años en que los dos coincidieron en abandonar los negocios para entrar en política. El Partido Revolucionario Institucional (PRI) gobernaba entonces México, la corrupción era rampante y el régimen parecía imbatible. 'Nos unió un proyecto de nación', declaró la novia. Su primer esposo y la hija mayor de Fox aceptaron la comunión política, pero no los esponsales civiles, porque consideran indisoluble el matrimonio eclesiástico.