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La tregua, en peligro tras el asesinato de tres dirigentes palestinos

Arafat califica el ataque de 'crimen de Estado'

Bisharat, de 26 años, número uno del ejército secreto de Yihad Islámica en el norte de los territorios palestinos, fue abatido el domingo por la noche por cinco misiles israelíes disparados desde un helicóptero de combate, mientras viajaba en su automóvil por una carretera secundaria. Los proyectiles acabaron asimismo con la vida de su colaborador Sameh Tibi y de su primo Walid Bisharat, dirigente de las fuerzas Tanzim, vinculadas al partido gubernamental, Al Fatah, que iban en el mismo automóvil.

Los servicios secretos del Ejército consideraban a Ahmed Mohamed Bisharat uno de los enemigos más peligros de Israel y habían pedido reiteradamente al presidente Arafat que procediera a su detención. Ante la negativa, los servicios secretos israelíes, apoyados por colaboradores locales, intentaron hace dos semanas matar a Bisharat colocándole una bomba en el interior de su coche, pero milagrosamente salvó su vida.

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'Bisharat empezó siendo un militante de Al Fatah durante la primera Intifada, después pasó a Hamás y finalmente se fue a Yihad Islámica', aseguraba ayer un vecino de Tamum -16.000 habitantes-, mientras todo el pueblo se encontraba en la calle participando en su entierro.

El activista había salido de una cárcel palestina el pasado noviembre, donde se encontraba en virtud de los pactos de seguridad firmados hace dos años entre Arafat y el entonces primer ministro israelí, Ehud Barak. La revuelta iniciada el pasado 29 de septiembre le otorgó la libertad, le colocó en un lugar prominente de la dirección de la Intifada y le entregó además un fusil de asalto M-16, con el que se paseaba por las calles empinadas y polvorientas de Tamum.

El coche de Bisharat permanecía ayer calcinado en la cuneta de una carretera comarcal, cerca de un cuartel militar israelí. Algunos curiosos habían colocado flores entre el amasijo de hierros retorcidos, mientras buscaban en los campos cercanos huellas de la operación. Al mediodía alguien localizó en un campo baldío la mano de uno de los activistas, arrancada de cuajo, que presumiblemente colgaba de la ventanilla en el momento del ataque. Unos metros más allá apareció luego una gorra de visera azul marino. Aunque estaba destrozada por la metralla, el rastreador se la guardó como si fuera una reliquia.

Las represalias por la muerte de este dirigente de Yihad Islámica no se hicieron esperar; dos coches bomba estallaban en la localidad israelí de Yahud, cerca de Tel Aviv, provocando una decena de heridos, y un colono fue abatido horas más tarde en un mercado local en Baka el Garbieh, al norte de Cisjordania, muy cerca de donde los soldados israelíes habían establecido un control en el que se detuo a una veintena de presuntos extremistas islámicos.

Coche lleno de explosivos Un palestino resultó ayer gravemente herido por disparos de soldados israelíes cerca de Nablús, en el norte de Cisjornadia. El herido es un taxista que fue alcanzado en el estómago. Según la radio militar israelí, este palestino fue herido cerca de la colonia de Itamar, cuando depositaba una carga explosiva en una carretera transitada por colonos.

El primer ministro israelí, Ariel Sharon, justificó ayer la muerte de Bisharat alegando que Israel tiene derecho a llevar a término una política militar de 'autodefensa activa', en oposición a los sectores radicales de su Gobierno, que le piden una 'ofensiva total' contra los palestinos. Un mando del Ejército israelí aseguró que el coche atacado se encontraba lleno de explosivos, con los que los viajeros iban a cometer un atentado.

El presidente Arafat calificó el hecho, simple y llanamente, como nuevo episodio de 'guerra sucia', avalando con ello la protesta del Comité Nacional de la Intifada, que amenazaba en un comunicado con poner fin a la tregua.

Una foto de Bin Laden en el entierro de los dirigentes de Yihad islámica.
Una foto de Bin Laden en el entierro de los dirigentes de Yihad islámica.REUTERS

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