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La comisión de desarme confirma que el IRA no planea entregar las armas

Arrecian las críticas al Sinn Fein por parte de unionistas y católicos moderados

La comisión internacional que preside el general De Chastelain confirmó que hasta ahora no ha habido entrega de armas ni por parte de los terroristas republicanos proirlandeses del IRA ni de sus enemigos jurados, los terroristas protestantes probritánicos del UVF y el UFF. Pero afirma también que ha mantenido varias 'largas' reuniones con representantes del IRA y que ha recibido garantías sobre su compromiso de poner las armas fuera de uso, aunque no se sabe ni cuándo ni cómo.

De Chastelain cree que ese compromiso se ha hecho 'de buena fe', pero reconoce que el mensaje del IRA es que el desarme sólo se realizará de acuerdo con el contexto pactado el 6 de mayo de 2000: que la nueva policía sea más aceptable para los republicanos, la desmilitarización de Irlanda del Norte por el Gobierno británico y que las instituciones de la provincia sean estables y trabajen con bases inclusivas.

El dimitido ministro principal de Irlanda del Norte, el líder del moderado Partido Unionista del Ulster (UUP), David Trimble, afirmó ayer que 'ha quedado claro que, a pesar de las numerosas reuniones, los republicanos no le han dicho nada a Chastelain sobre qué van a hacer, ni cuándo, ni cómo'. En una declaración leída en la Cámara de los Comunes, en Londres, Trimble sostiene que 'el IRA no puede ser premiado' pactando una nueva reforma de la policía. 'La única salida ahora es dejar claro a los republicanos que van a sufrir si no asumen sus obligaciones'.

Los sectores más radicales del UUP aumentaron también la presión sobre el Sinn Fein de Gerry Adams. John Taylor, segundo de Trimble pero más radical, aunque partidario del proceso de paz, pidió la exclusión de los republicanos del Gobierno autónomo si no hay un acuerdo. 'Espero que en las próximas seis semanas los acontecimientos hagan posible que la Asamblea (Parlamento autónomo de Irlanda del Norte) continúe. Pero, si no es así, entonces tendremos que afrontar la realidad de que un partido debe ser excluido del Ejecutivo de esa asamblea y esa será la posición del Partido Unionista del Ulster', declaró en Belfast.

También los católicos moderados arreciaron su presión sobre el Sinn Fein y el IRA. 'Es una vergüenza' que no haya empezado el desarme, declaró Seamus Mallon, viceministro principal en funciones y número dos del SDLP de John Hume. Londres y Dublín reaccionaron con cautela. El primer ministro irlandés, Bertie Ahern, prefirió subrayar los aspectos más positivos del informe de Chastelain y apostó por un nuevo acuerdo que fuera más allá del mero contencioso del desarme. Un portavoz de Tony Blair declaró que 'aunque estamos satisfechos por el número de reuniones entre el IRA y representantes de la comisión, necesitamos saber cómo y cuándo se van a poner las armas fuera de uso'. Blair y Ahern participarán la próxima semana en las negociaciones que buscarán un acuerdo político para desatascar la crisis.

Los negociadores tienen seis semanas para evitar una crisis institucional o la convocatoria de elecciones anticipadas. El ministro británico para Irlanda del Norte, John Reid, aseguró ayer que su Gobierno no tiene intenciones de suspender la autonomía de la provincia, como hizo en 2000 su predecesor Mandelson. Pero la convocatoria de elecciones parece favorecer precisamente al Sinn Fein, que en los recientes comicios locales y a los Comunes avanzó de forma espectacular a costa del voto moderado del SDLP. Y también beneficiaría a los otros radicales, los seguidores del Partido Democrático del Ulster del reverendo Ian Paisley, rival de los moderados de Trimble y enemigo del proceso de paz. Las marchas de los protestantes Orangistas han crispado más el ambiente. Para evitar males mayores, la comisión encargada de fijar sus recorridos prohibió ayer que la de Drumcree, la más controvertida, atraviese este domingo el barrio de Garvaghy, en Portadown, por las tensiones de estos días.

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El presidente del Sinn Fein, Gerry Adams, durante un encuentro con la prensa ayer en Stormont.
El presidente del Sinn Fein, Gerry Adams, durante un encuentro con la prensa ayer en Stormont.EPA

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