La apuesta por el 'dinero ético'
Cada vez son más las personas que exigen fondos de inversión que no destinen el dinero a armas, tabaco o alcohol
¿Todo el dinero es ético? En España unos pocos miles de personas tienen clara la respuesta y empiezan a exigir que su dinero no se invierta en actividades relacionadas con las armas, el alcohol, el tabaco o en empresas que dañan el medio ambiente.
Son personas que han decidido invertir en los llamados fondos éticos y solidarios. Estos fondos se han hecho un hueco en España y en sólo tres años de vida han conseguido reunir unos 18.000 millones de pesetas, aunque esta cantidad es una minucia si se compara con los 30 billones de pesetas acumulados en fondos de inversión. La diferencia entre los fondos éticos y los solidarios es que los primeros no invierten en según qué empresas y los segundos destinan parte de sus beneficios a paliar el hambre y a combatir la miseria o la enfermedad.
España, con 17 fondos, es el cuarto país europeo con más iniciativas de este tipo
España es el cuarto país europeo con más fondos de este tipo, por detrás de Reino Unido, Suecia y Suiza, según un informe que aca de hacer público la escuela de negocios Esade. La Comisión Nacional del Mercado de Valores tiene registrados 17 fondos éticos y solidarios.
Los ejemplos abundan. El Monte, la caja de ahorros andaluza, ha creado un fondo solidario que invierte el dinero de sus 600 partícipes en renta fija y un 30% en acciones, dice José Ignacio Delgado, del Departamento de Valores y de la caja andaluza. El fondo nació hace 14 meses y ha conseguido reunir unos 600 millones de pesetas. 'Una parte de las comisiones que cobramos por gestionar este fondo van a parar a la Federación Andaluza de Deficientes Mentuales', señala Delgado.
Otro ejemplo lo proporciona Bankpyme Green Found, un fondo decicado a invertir en empresas que se ocupan de conservar el medio ambiente o que accreditan certificaciones de que cumplen las normativas medioambientales.
El Fondo Ético FIM rechaza invertir en las empresas que producen o venden armas y tabaco o producen energía a partir de centrales nucleares. 'Los criterios de inversión de este fondo los fija una comisión ética que decide los títulos en los que invertir', dice María Pérez Fontán, de Morgan Stanley Dean Witter, que promueve este fondo. 'En esta comisión hay expertos en inversiones y empresarios y exigimos a las empresas a las que se destina el dinero que respondan a un cuestionario para saber si invierten en material militar, si producen alimentos con manipulación genética o cumplen las normas del medio ambiente', añade Pérez Fontán. 'Si no contestan el cuestionario, quedan excluidas de nuestras inversiones', añade la representante de Morgan Stanley. 'Para decidir inversiones en empresas extranjeras utilizamos una base de datos europea que nos indica si cumplen los requisitos', añade la representante de este fondo ético.
El Fondo Ético FIM ha captado 328 inversores y maneja 1.663 millones de pesetas, una cantidad modesta, pero lograda en sólo dos años de vida, resaltan en la gestora del fondo. Parte de las comisiones de gestión se destinan a la organización sin ánimo de lucro Intermon, pero ahora está previsto ampliar los beneficiarios a entidades como Cruz Roja y Cáritas, dicen en la empresa gestora del fondo.
Detrás de los pioneros han llegado algunos de los grandes bancos y cajas de ahorro, que han empezado a incluir los fondos éticos y solidarios en su oferta de productos financieros. De los 17 fondos éticos y solidarios inscritos, más de la mitad están promovidos por grandes entidades financieras.
El profesor de la escuela de negocios Esade Josep María. Lozano, un estudioso de estos fondos, constata que un número cada vez mayor de inversores exige saber 'dónde no se invierte su dinero'. En Estados Unidos empezaron hace dos décadas y 'hay 175 fondos de inversión éticos', añade este profesor, que ha trabajado en sacar a la luz un informe sobre estos productos financieros.
Sobre la irrupción de las grandes entidades financieras en estos fondos, el profesor de Esade no duda en señalar que 'puede haber un cierto oportunismo por algunos a la hora de lanzar estos productos, pero a la larga la gente no está dispuesta a tolerarlo si eso choca con lo que hacen luego en el campo empresarial.'.
El profesor Lozano dice que hay que estudiar más el perfil de los que invierten en estos fondos. De momento, constata que muchos inversores 'están ligados a ONG u otras organizaciones sin ánimo de lucro, pero también hay personas 'a las que les ha llegado el mensaje'. Este experto no ceja en su empeño por dar a conocer estos productos financieros y anuncia su intención es hacer un seguimiento anual de la evolución de estos fondos.
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