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Reportaje:

Dos cazas rusos huyen de un ujier

Francia permite que dos aviones escapen de una empresa suiza en litigio con Moscú

Dos aviones rusos de combate, un Sujoi Su-30MK y un Mig-AT, abandonaron ayer precipitadamente el aeropuerto francés de Le Bourget perseguidos por un ujier de los tribunales, que intentaba confiscar los aparatos. El rocambolesco episodio se desarrolló en el Salón Aeronáutico, donde ambos cazas han realizado exhibiciones durante toda la semana. Las autoridades francesas, que no dieron explicaciones, permitieron la marcha de los aviones en vísperas de una visita a Rusia del presidente francés, Jacques Chirac.

Los aviones escaparon a las garras de Noga, una sociedad suiza de exportación-importación, que exige a Rusia el pago de una deuda de 63 millones de dólares. Tras intentar el embargo de las cuentas de la Embajada de Moscú en París y de un barco escuela ruso, ayer pretendió confiscar los dos cazas.

Un representante de un tribunal parisiense se presentó en el aeropuerto para embargar los aparatos

El ujier se presentó en Le Bourget con la orden judicial de embargo, que fue dictada por el Tribunal de Gran Instancia de París el 22 de marzo. Se ignora qué sucedió exactamente entre la llegada del ujier y el despegue de los aparatos, aunque parece que hubo una solicitud urgente de planes de vuelo para los mismos sobre Francia y Alemania. Un ayudante del ujier trató incluso de comunicar los documentos a la torre de control. La confusión sobre los acontecimientos no se había despejado anoche, aunque el comisario del Salón confirmó que los aviones se habían marchado.

El litigio entre la empresa Noga y el Estado ruso procede de un contrato para el suministro de alimentos a cambio de petróleo, valorado en 1.500 millones de dólares (285.000 millones de pesetas), que ambas partes se acusan de haber incumplido. El conflicto pasó en 1997 por la Cámara de Comercio de Estocolmo, un organismo arbitral que reconoció el derecho de Noga a percibir una cierta cantidad de dinero que, según fuentes de la empresa -la Embajada rusa en París no hizo precisión alguna- asciende a 63 millones de dólares.

La pelea de Noga viene de lejos. El 15 de marzo de 2000, un tribunal de París bloqueó las cuentas de la Embajada rusa, así como de su representación comercial y de la legación ante la Unesco, en aplicación del arbitraje de Estocolmo. Exasperado por esta complicación diplomática, el Ministerio francés de Exteriores ofreció a Rusia apoyo jurídico. El incidente se resolvió el 10 de agosto, cuando el bloqueo judicial de las cuentas rusas fue levantado por orden de un tribunal.

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Para entonces, Noga había conseguido una declaración de embargo sobre el Sedov, un barco escuela ruso, considerado uno de los veleros más grandes del mundo, aprovechando el atraque del barco para participar en unas festividades navales en el puerto francés de Brest. El velero hubo de permanecer en el puerto diez días, hasta que un juez decidió que el embargo había sido realizado 'con ligereza' y levantó la orden anterior. Ni que decir tiene que el Sedov levó anclas inmediatamente. Ayer, en Le Bourget, alguien decidió que esta vez no se debía esperar a la batalla judicial y permitió a los dos aviones que se marcharan sin más trámites.

Un abogado de la empresa Noga culpó al 'Estado francés' de haber impedido la ejecución de una orden de embargo y anunció demandas contra quien resulte responsable de 'desviación de bienes embargados'. El Ministerio de Asuntos Extranjeros aseguró que no había 'comentario alguno que hacer' sobre las circunstancias en que se había producido la marcha de los aviones rusos y se remitió al de Defensa, por tratarse de aparatos militares. Un portavoz del Ministerio de Defensa denegó, a su vez, cualquier comentario y remitió al periodista a Exteriores. A última hora de la tarde continuaba sin producirse aclaración oficial alguna.

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