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44 heridos en Belfast durante la peor noche de violencia en años

Londres y Dublín tratan de reactivar el proceso de paz pese a los choques

Ardoyne, al norte de la capital de Irlanda del Norte, es un barrio dividido, próximo al llamado Muro de la paz que separa calles católicas de protestantes, y uno de los principales feudos de la Asociación por la Defensa del Ulster, organización ilegal que engloba a grupos armados lealistas. La tensión tuvo el epicentro en la escuela de primaria Cruz Sagrada, un centro de denominación católica ubicado en territorio lealista. Bandas de jóvenes interceptan el acceso en los últimos días tirando piedras a los alumnos y sus madres. El colegio cerró las puertas el miércoles y ayer pidió a los padres que tomaran una vía alternativa.

La chispa pronto se extendió por otros puntos del barrio. Al atardecer del miércoles, efectivos del RUC montaron controles para separar a grupos de ambas comunidades, entre los que se detectó la presencia de elementos radicales. Alan McQuillan, responsable policial en Belfast, calcula que se lanzaron un centenar de bombas incendiarias y artefactos explosivos, además de una decena de tiros desde los dos sectores enfrentados. Sus agentes respondieron al ataque con unas ocho rondas de balas de plástico, cuya reciente introducción es objeto de denuncias por parte de políticos y asociaciones de víctimas. 'Han sido los peores disturbios en muchos años. Llegó a haber 600 personas implicadas en la violencia', agregó McQuillan. Una bomba estalló ayer en una casa católica, cercana a la línea de separación.

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'Es la cara inaceptable de la violencia', dijo ayer John Reid, ministro británico para la provincia, al tiempo que urgió el compromiso de todos los participantes en la nueva ronda de negociaciones políticas para cerrar el proceso de paz. Reid reiteró ayer la disposición de Londres a proceder con la 'desmilitarización' del Ulster y resolver el contencioso de la reforma policial en cumplimiento con la 'obligación' contraída en el Acuerdo de Viernes Santo de 1998. Reid instó a los republicanos a iniciar el desarme que prometió el IRA en mayo del 2000.

Bajo la sombra de la violencia, comienza la marcha atrás del proceso de paz. Los cimientos levantados hasta ahora pasarán por una prueba de fuego las próximas semanas. El primer reto procede de del ministro principal del Ulster, el unionista David Trimble, quien abandonará el autogobierno el 1 de julio si el IRA no inicia el desarme. Su dimisión provocará un vacío de poder que Londres deberá contener. Este escenario se complicará en julio con las marchas orangistas, tan tradicionales para los protestantes como contenciosas y humillantes para los católicos.

La policía norirlandesa se parapeta ante los lanzamientos de <i>cócteles mólotov</i>, durante los disturbios de Belfast.
La policía norirlandesa se parapeta ante los lanzamientos de cócteles mólotov, durante los disturbios de Belfast.AP
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