El Senado aprueba de manera definitiva el Plan Hidrológico Nacional
Los vetos de la oposición quedaron derrotados
Las enmiendas parciales, que se sometieron a votación pasadas las doce de la noche, tuvieron la misma suerte. No pasó ninguna. El refrendo del texto legal se efectuó por partes. El portavoz del PP pidió que se votara aparte el artículo 13, el del reparto de los 1.050 hectómetros cúbicos de agua que se trasvasarán. Un socialista de Aragón y otro sevillano votaron a favor por error. En contra, toda la oposición, incluido el PNV. El resto del articulado se aprobó con más de 150 escaños a favor. Algunos artículos fueron apoyados por el PSOE, igual que los anexos de las obras. La votación concluyó a las 00.30 de hoy con despliegue de pancartas en contra del plan por parte de los desplazados desde las Tierras del Ebro.
Los propios parlamentarios del PP reconocían en los pasillos que, para evitar dilaciones al plan, decidieron acumular todas las enmiendas de la segunda Cámara a las que se presentaron en el Congreso al proyecto de ley con el fin de ganar tiempo. Ricardo Gatzagaetxebarría, senador del PNV por Vizcaya, reveló que su partido había suscrito un preacuerdo con el secretario de Estado de Aguas y Costas para incorporar las enmiendas de su grupo en el Congreso, pero la iniciativa se fue al traste al convocarse las elecciones vascas.
Con ninguna posibilidad de retocar el texto -por el apoyo de CC y CiU-, el pleno del Senado se limitó a servir de foro a los representantes de los Grupos Mixtos y de las autonomías afectadas por el trasvase que prevé el plan: 1050 hectómetros cúbicos al año desde la desembocadura del Ebro a todo el litoral mediterráneo.
Así, contaron con turno de palabra senadores de la Comunidad Valenciana, Andalucía y Murcia, en calidad de portavoces territoriales del PP. Y para defender el proyecto de ley el PP eligió a María Ángeles Orós, la senadora más joven, que ocupa escaño por Aragón, la comunidad autónoma que más se ha distinguido por su rechazo al PHN y que piensa recurrir ante el Tribunal Constitucional.
El debate recuperó tono y categoría en el corto duelo entre el ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, y el portavoz socialista, Juan José Laborda. El ministro vendió el plan como un instrumento que acabará con los problemas del agua en España y reprochó al PSOE su incapacidad para formular una propuesta que tenga la misma expresión en todas las comunidades autónomas.
Laborda replicó que los presidentes autonómicos socialistas no eran clónicos y acusó al ministro de haber planteado a las autonomías una especie de chantaje en el Consejo Nacional del Agua. Tenían que aceptar lo que les proponía o no recibirían lo que les corresponde. Así es como Extremadura y Castilla-La Mancha se vieron inducidas a votar favorablemente el plan.
Las protestas en las inmediaciones de la Cámara alta fueron menores de los esperado. Pero, una vez concluida la sesión, los senadores tuvieron que pisar la sal que los detractores del PHN lanzaron a modo de protesta en la puerta del Senado.
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