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Los bereberes desobedecen la prohibición de las manifestaciones en Argel

Los socialistas piden una investigación de la ONU

En un lacónico anuncio a través de la televisión estatal, el Gobierno argelino decretó la prohibición de las marchas callejeras 'hasta nueva orden'. El primer ministro, Alí Benflis, lanzó un llamamiento a la calma y al 'sentido común', y prometió responder con medidas urgentes a las 'legítimas demandas' de los jóvenes, aunque no precisó en qué iban a consistir esas medidas.

La ola de disturbios que estalló el pasado 18 de abril, a raíz de la muerte de un adolescente bereber en un cuartel de la gedarmería de la Cabilia, se ha extendido como una mancha de aceite a otras zonas del país.

El pasado domingo se registró un nuevo espisodio de violencia en Tizi Uzu, la capital de la Cabilia, cuando un grupo de jóvenes lanzó piedras y cócteles mólotov contra un cuartel de la gendarmería. Las fuerzas de seguridad respondieron con gases lacrimógenos y con cargas contra los manifestantes, que se saldaron con más de 60 heridos. Los enfrentamientos salpicaron a otras poblaciones de la Cabilia, como Bujía, pero también a otras ciudades del país, como Annaba o Tebessa.

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Hocín Ait Ahmed, el presidente del Frente de Fuerzas Socialistas (FFS), un partido con fuerte implantación en la comunidad bereber argelina, lanzó ayer desde Ginebra (Suiza) una petición al secretario general de la ONU, Kofi Annan, para que visite Argelia y defienda la creación de una comisión de investigación internacional sobre la represión en la Cabilia.

Ait Ahmed ha remitido a la alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Mary Robinson, una lista de 130 desaparecidos, en su mayoría jóvenes, desde la manifestación del pasado jueves.

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El presidente argelino, Abdelaziz Buteflika (derecha), ayer en Tamanraset (2.000 kilómetros al sur de Argel).
El presidente argelino, Abdelaziz Buteflika (derecha), ayer en Tamanraset (2.000 kilómetros al sur de Argel).REUTERS

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