El Niño tapa a Woods
García se acerca a la cabeza y Woods se queda a ocho golpes
Tres jugadores encabezan el Abierto de Estados Unidos: Goosen, Brooks y Lewis (136 golpes, -4); ninguno se apellida Woods. Un joven español sonriente espera su oportunidad agazapado bajo su gorra en un escalón inferior, a dos golpes de la cabeza: Sergio García; no se llama Woods. Otros dos magníficos jugadores esperan el fallo de los líderes a tres golpes: se llaman Duval y Mickelson; ninguno se llama Woods.
¿Y Woods? Woods pena cerca de la posición 50 a ocho golpes del trío dominador después de los tres primeros recorridos del Open de Estados Unidos que se celebra en Southern Hills (Tulsa, Oklahoma). La insólita clasificación del Tigre en la jornada del viernes le obligó a tomar la salida mucho antes que los favoritos, algo muy poco habitual. Así, mientras Woods recogía sus bártulos tras el, también decepcionante, tercer recorrido entre la bolsa de los palos, los líderes comenzaban su tercera jornada.
El californiano ve cómo se le escapa un grande del calendario entre los dedos. Unos dedos enguantados que acostumbran a acariciar todos y cada uno de los cuatro torneos del Grand Slam. García respira mirando la clasificación hacia arriba pero, sobre todo, hacia abajo cuando ve al estadounidense lejos de él. "Simplemente no le pegué a la bola como debía", explicó un lacónico Tigre poco acostumbrado a dar explicaciones desde el fracaso. Y sorprendentemente optimista. "Un par de buenas rondas y esto está arreglado", dijo. "Es lo que pasa en los grandes torneos: con un buen resultado enseguida trepas".
Sergio García, fiel a su teoría de "ser paciente" aguarda el más que probable fallo de Goosen, Brooks y Lewis. El chaval de Castellón volvió a dejar claro que se considera "un jugador agresivo", pero matizó su declaración en un arranque de prudencia y cerró la frase afirmando que "hay que saber leer los partidos, no siempre la garra es la mejor arma para ganar". En el Open de Estados Unidos, casi nunca, y parece que esa lección la lleva muy bien aprendida García. El juego en el green será el juez supremo entre los que hayan hecho bien sus deberes hasta la bandera evitando los bunkers y los arroyuelos de agua traicionera que rodean la hierba baja.
Ayer, el español completó otro recorrido sin fisuras adornado por tres birdies ligeramente deslucidos por un bogey en el décimo hoyo.
Pero no hay que olvidar la sombra de Tiger Woods, un jugador capaz de girar la clasificación a golpes de genialidad. Ayer, salvo el sostenido descalabro del californiano, la jornada viró sin brusquedades hacia la lógica. Garcia, Mickelson y Duval. Esos tres nombres han ido sacando la cabeza hasta asomar la nariz en vísperas del tercer recodo del Abierto estadounidense.
Mickelson tendrá que combatir contra la fragilidad que esconde bajo la gorra: la fragilidad mental que le ha impedido imponerse en ningún grande a pesar de haber llegado líder a la última jornada en varias ocasiones, incluido el Open de Estados Unidos en dos ocasiones (1998 y 1999). Quizá haya llegado la oportunidad del segundo mejor jugador del mundo según las listas y el mejor zurdo del circuito. El mejor zurdo, y, sin embargo, diestro. Mickelson empezó a usar la mano izquierda cuando siendo niño su padre le intentaba enseñar los secretos del golf. El efecto espejo o negativo fotográfico fue el causante de la paradoja: para golpear la bola y ver a su padre al mismo tiempo no le quedaba más remedio que invertir las manos.
Olazábal y Jiménez, fuera Duval, un tipo seguro de sí mismo, fanático de la preparación física y las gafas de sol, también espera su oportunidad de estrenarse en uno de los cuatro grandes. Las amenazas para Sergio García provienen más de este dúo que del trío que hasta el momento encabeza la prueba. La magnífica tarjeta de ayer de Brooks, 64, a un sólo golpe del récord del campo debe considerarse como un hecho excepcional. El propio Brooks sigue sin fiarse de sus posibilidades y afirmó que "Woods no está muerto, si yo he hecho 64 golpes, él puede hacer hoy 60".
Quienes no podrán hacer hoy ni 60, ni 64 golpes, ni rubricar tajeta alguna serán los otros dos españoles que comenzaron el torneo, José María Olazabal y Miguel Ángel Jiménez. Ninguno de los dos pasó el corte. En otra tarde grisácea, el vasco se despidió con +9 y el malagueño con +10. Para olvidar.
Sólo queda García, pero con cara de ser el mejor García, el célebre Niño. Con Tiger Woods a siete golpes, el joven español puede inaugurar su propia leyenda en el Grand Slam. Si mantiene el pulso en el green y se centra en el juego largo puede recuperar, gracias a la sobriedad, la fama que obtuvo por medio de la genialidad.
1.Retief Goosen (Suráfrica), Mark Brooks y J.L.Lewis (EEUU), 136 golpes (-4). 4. Sergio Garcia, Stewart Cink (EEUU), 138 (-2). 6. David Duval, Phil Mickelson, Rocco Mediate y Matt Gogel (EEUU), 139 (-1)... Tiger Woods (EEUU), 145 (+5).
[PI] Sergio García juega con uno de sus palos en Southern Hills.
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