Goosen aprovechó la segunda oportunidad
El jugador surafricano se anotó su primer 'grande' al derrotar a Brooks en el desempate
El lunes, día de las segundas oportunidades, el segundo putt, el que le daba la victoria, entró. Primer fue Gary Player, luego llegó el rubio Ernie Els. Ayer se les unió Retief Goosen. El golf surafricano ya tiene tres ganadores del Open de Estados Unidos, el segundo torneo más antiguo, uno de los cuatro grandes que conforman el Grand Slam. Goosen, de 32 años, se reencontró con el temple y con su mágico toque con el putt en el green y entregó una tarjeta de 70 golpes (par) inferior en dos a la del norteamericano Mark Brooks en el desempate jugado en el campo de Southern Hills (Tulsa, Oklahoma). Goosen se impuso en el Open que no ganó Tiger Woods después de liderarlo durante más hoyos que nadie en la historia: en 79 de los 90 disputados, desde el séptimo del primer día hasta el final con dos pequeños paréntesis el domingo y ayer. Dos paréntesis que fueron lo único que gozó Mark Brooks.
Los 18 hoyos de más que la fortuna le concedió a Mark Brooks para poder borrar la triste historia del domingo y escribir una nueva, con final feliz, fueron cuatro horas de tortura para el afable jugador tejano, de 40 años. Más le habría valido a Brooks que Retief Goosen hubiera embocado su putt para par el domingo. La prórroga fue una cruel burla para el coleccionista de Montblancs que no gana un torneo desde que se impuso hace cinco años en el Campeonato de la PGA.
La prórroga fue, sin embargo, una vitrina ideal para el lucimiento de Retief Goosen, el tímido jugador surafricano que dispuso de 18 hoyos y toda la atención del planeta del golf no para su diálogo-debate con Brooks, sino para un monólogo sin réplica. Brooks empezó ganado con un birdie en el tercero, pero Goosen le imitó en el sexto. Un bogey Brooks en el séptimo fue el preludio del desastre absoluto que se concentró en dos hoyos, en el noveno y en el décimo: dos birdies del surafricano, dos bogeys del tejano.
El golf es tradición y relevo pasado de ancianos a jóvenes. Gary Player, el surafricano que ganó el Open de EE UU en 1965, fue la persona que convenció a José María Olazábal de que podía ganar el Masters de 1999. Ernie Els, el coetáneo brillante de Goosen, el mimado ganador de dos Open (1994 y 1997), fue quien convenció a Goosen, tan comúnmente subestimado en el mundillo del golf como jugador blando, de que ayer sería el ganador. 'Le dejé una nota en la taquilla en la que le decía 'buena suerte' y le recordaba un par de anécdotas que habíamos vivido juntos', explicó Els. Goosen, que cuando amateur sobrevivió a la descarga de un rayo en un torneo, había sido acusado en muchas ocasiones de no estar a la altura de las expectativas.
'En Suráfrica le han exigido mucho y tenía que aguantar mucha presión', dijo Els. 'Pero él no se rindió nunca'.
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