Una comisión del Parlamento chileno investigará la compra de submarinos a Bazán
La Cámara de Diputados chilena resolvió ayer por 35 votos a favor, nueve en contra y dos abstenciones que su comisión de Defensa se constituya como comisión investigadora y determine el destino de 546 millones de pesetas que pagó la empresa pública española Bazán (ahora Izar) a la compañía Seapoint Enterprises, para apoyar la venta de dos submarinos a Chile.
La comisión de Defensa, que se reunirá hoy para iniciar la investigación, tendrá un plazo renovable de 60 días para entregar un informe sobre si el dinero que pagó Bazán a Seapoint, con sede en las islas Jersey, se utilizó para influir en forma ilícita en la decisión chilena de adquirir dos Scorpene al consorcio hispanofrancés Bazán-DCN en 1997.
Según dijo uno de los parlamentarios patrocinantes del acuerdo de la Cámara baja, Guillermo Ceroni, la primera diligencia que pedirá es citar a declarar al ministro de Defensa, el democratacristiano Mario Fernández. Agregó que no descarta solicitar que algún diputado viaje a España a pedir información. Ceroni, quien se incorporará al trabajo con derecho a voz y no a voto, pues no es integrante de la comisión de Defensa, afirma que la investigación debe determinar si los fondos se usaron para "algún tipo de soborno o lobby ilícito", que influyera en que Chile decidiera encargar los submarinos Scorpene al consorcio Bazán-DCN. Plantea que no es admisible que la política de adquisición de material bélico pueda estar sujeta a presiones monetarias.
De los 35 diputados que votaron por investigar, 34 correspondieron a los partidos de la coalición de centroizquierda que gobierna Chile desde 1990 y sólo uno fue de la derecha. En cambio, los nueve votos en contra y las dos abstenciones provinieron de la oposición y la mayoría de los sectores más pinochetistas de ésta.
El Tribunal de Cuentas detectó el pago a Seapoint al analizar 55 contratos de Bazán sin publicidad ni concurrencia. Una fuente de Izar explicó a comienzos de junio que el pago fue "para saber la voluntad real de los chilenos de comprar los submarinos", pero se realizó cinco meses después de que se adquiriesen los Scorpene.
