Un tribunal revoca la expulsión de los nigerianos que se amotinaron en un autobús policial

El día 6 el Ministerio del Interior concluyó, a la una de la madrugada, la segunda repatriación masiva de nigerianos. Todos provenían del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Ceuta. A la mañana siguiente llegó a la delegación del Gobierno la suspensión de la orden de expulsión de uno de ellos, Josef Locky. El jueves fueron recibidas las de otros 11, el grupo completo que esperó la repatriación en el Centro de Internamiento de Murcia.

La suspensión venía firmada por el Tribunal Superior de Sevilla, que estimaba conveniente esperar a que se viesen los recursos contra las órdenes de expulsión del Juzgado número 3 de Ceuta.

Aunque en el caso de Locky la suspensión no sirvió para nada, esta vez puede evitar la repatriación de cuatro personas, pues de los 11 internos en Murcia sólo siete llegaron a coger el avión. Uno se quedó en el centro porque la suspensión de la orden de expulsión llegó a tiempo, otro fue ingresado en el hospital y posteriormente entró en prisión y otros dos escaparon durante su traslado al aeropuerto.

Gbenga Adegbola es el único de los nigerianos provenientes del CETI ceutí que continúa en el centro de Internamiento de Murcia, pues su orden fue suspendida antes de que se produjese la expulsión. Adegbola ni siquiera subió al autobús. Sin embargo, aún no ha podido abandonar el centro porque sigue pendiente su auto de internamiento, dictado por el juez de Ceuta y que debe ser suspendido por el mismo magistrado. El magistrado recibió ayer la suspensión de la orden de expulsión y el abogado del detenido cree que para finales de esta semana puede quedar libre.

Segun Taiwo es el otro inmigrante que no subió al autobús. Su resistencia ante la policía le ocasionó un politraumatismo, por el que tuvo que ser ingresado en el hospital de Murcia, y una denuncia por agresión a varios agentes. Se encuentra en prisión preventiva.

En cuanto a Tobias Eze y Moses Ehigie, los dos nigerianos que lograron escapar durante su traslado en un autobús policial al aeropuerto de Alicante, continúan en paradero desconocido.

Según fuentes próximas a los huidos, tras salir corriendo por el campo, se separaron. Vagabundearon hasta que consiguieron ponerse en contacto con unos amigos y abandonaron Murcia. Aunque no existe ningún proceso judicial contra ellos, podría iniciarse en el momento en que apareciesen.