La economía japonesa retrocede un 0,8% en el primer trimestre y acentúa el temor a la recesión

El actual panorama de la economía japonesa es malo y las perspectivas, peores aún. La caída del PIB en el primer trimestre del año no la esperaba ni siquiera el analista más pesimista. Éste preveía, al menos, que la economía se mantuviese estancada, pero no que siguiese deteriorándose. Como explica Rita Sánchez, de Analistas Financieros, 'la situación es más desastrosa de lo que hubiésemos podido imaginar'. 'Si fuésemos muy optimistas', comentan otros expertos, 'esperamos un 0% de crecimiento de la economía en el segundo trimestre'. Siendo realistas, esperan que el país entre en recesión técnica (es decir, dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo), para finales de julio. En el año fiscal, que va del 1 de abril de 2000 al 31 de marzo pasado, el PIB creció un 0,9%, contra el 1,4% del periodo 1999-2000 y el 1,2% previsto. Los cambios han hecho bajar las previsiones del próximo año del 0,7% al 0,6%.

Si hoy se desglosa la economía japonesa, dato a dato, se ve claramente por qué el último dato de crecimiento augura la recesión. El consumo privado, que representa el 55% del PIB, se mantuvo estancado. Los japoneses no gastan y con ello los productos se apilan en los almacenes. Las empresas frenan la producción y despiden a los trabajadores para fabricar menos y ahorrar dinero. El paro trepó en abril al 4,8%. El Gobierno ha gastado casi 200 billones de pesetas (dos vecces el PIB español) en ocho años para apenas lograr reactivaciones cortas pero no duraderas. Aún no ha desembolsado el último, un paquete de ayudas de 12 billones que entró en vigor en abril. La inversión pública representa un 7%, poco para rescatar por sí misma la economía. El gasto ha logrado, en cambio, elevar la deuda al 130% del PIB.

Añadido a la crisis interna, la desaceleración estadounidense está haciendo estragos en Japón. Las exportaciones, un pilar de la reactivación, cayeron un 3,6%, el primer declive en dos años.