Empeora el clima de inseguridad ciudadana en Barcelona, según la Guardia Urbana

Los responsables municipales empiezan a estar alarmados porque consideran que esa tendencia es 'muy preocupante', en palabras de la concejal de Seguridad y Movilidad, Carme San Miguel, y de Ernest Maragall, el brazo derecho político del alcalde, Joan Clos. Sin querer eludir su parte de responsabilidad, el consistorio insta tanto al Gobierno del PP como al Ejecutivo de Jordi Pujol a buscar soluciones 'efectivas' para atajar esa tendencia.

Según las estadísticas de la policía, los robos en viviendas se han incrementado un 29% de enero a mayo de este año respecto al mismo periodo de 2000. Los hurtos han aumentado en la misma medida. Los delitos con intimidación han subido un 11%. Todos esos datos fueron esgrimidos tanto por Maragall como por la concejal de Seguridad para poner de relieve que la situación en la capital catalana empieza a ser delicada. Además la habitualmente llamada delincuencia de baja intensidad se está empezando a transformar en algo más grave, sobre todo por la violencia que emplean un grupo de menores con adicción a las colas, exactamente unos 45 adolescentes con severos problemas de salud causados por una prolongada inhalación de sustancias tóxicas.

70% de menores reincidentes El 70% de los menores que la Guardia Urbana entregó a agentes de la policía en 2000 eran reincidentes, frente a un 30% de jóvenes que cometían algún delito o falta por primera vez. En este grupo hay menores de origen magrebí, pero también españoles. En cuanto a los adultos reincidentes, al contingente de inmigrantes del norte de África se ha incorporado ahora un grupo importante de ciudadanos de la Europa del Este.

Que los índices de delincuencia están subiendo es un hecho, y otro hecho igualmente claro es que tanto los agentes de la policía como los de la Guardia Urbana han incrementado un 30% el número de detenciones. 'Lo que pone en evidencia que la solución no pasa exclusivamente por incrementar las plantillas policiales, sino por otro tipo de medidas, como las reformas judiciales', insiste Maragall.

El consistorio de Barcelona lleva tiempo reclamando medidas para evitar la reincidencia en los delitos que causan más sensación de inseguridad, como los robos, hurtos y tirones. Y en reuniones entre responsables municipales, el juez decano, el fiscal jefe y la Generalitat, en principio se llega a acuerdos.

Pero su aplicación es harina de otro costal, según la visión del Ayuntamiento. Por ejemplo, hace unos meses se buscó una fórmula para que los fiscales pudieran instar el internamiento en centros de la Dirección General de Atención al Menor de jóvenes que cometen faltas pero que, sobre todo, necesitan asistencia, tanto sanitaria como social, y pautas educativas.

'En la práctica esto se ha quedado en casi nada y los menores entran y salen como antes', explica San Miguel. La misma percepción tienen los responsables de Interior, que critican a los de menores de la Generalitat por la falta de asistencia a un numeroso grupo de jóvenes cada vez más violentos y con problemas de adicción.

En cambio, lo que está funcionando, en opinión de la misma concejal, es la declaración de las víctimas de los delitos menos graves al día siguiente de la agresión. 'Se están celebrando dos diarias. Es un paso importante porque evita que las causas se archiven directamente por falta de comparecencia de las víctimas', añade la concejal.

En cualquier caso, el Ayuntamiento está convencido de que la pieza fundamental son los cambios legislativos para acabar con la sensación de impunidad que genera que la misma persona acumule decenas y decenas de robos y no sea ni condenada en muchos casos. 'Tan convencidos estamos que iniciaremos una ronda de reuniones y encuentros con los estamentos judiciales y con miembros de la comisión de justicia del Parlament para convencerles de que es urgente', insistía Maragall.

Más policías Mientras, el consistorio reclama más sensibilidad tanto a la Administración central como al Gobierno catalán. La anunciada incorporación de 400 nuevos agentes de policía en la provincia de Barcelona no tendrá efecto puesto que otros 400 agentes se irán de ella, según explicó San Miguel. Fuentes de la Delegación de Barcelona matizan que este verano llegarán a la capital catalana unos 160 agentes en prácticas.

Además, en el consistorio no dejan de estar molestos por ciertas actitudes de los mandos de Interior en Barcelona. Por ejemplo, la semana pasada la Guardia Urbana pidió a la policía que interviniera para resolver un problema de orden público ocasionado por una protesta de okupas. Los responsables de Interior se negaron a ello, ante lo cual los responsables municipales les 'recordaron' que la llamada estaba registrada en cintas. Finalmente accedieron.