Rato carga contra el PSOE en defensa de los ediles populares de Fuenlabrada
Simancas dice que el regidor rectificará si el PP renegocia el acuerdo de prestaciones institucionales
El PP de Madrid convirtió ayer la clausura de una jornada intermunicipal sobre el euro en una batida contra el regidor socialista de Fuenlabrada, José Quintana. Los populares han movilizado a todos sus altos cargos en apoyo de los siete ediles populares fuenlabreños, encerrados desde hace una semana en el Consistorio, y reservaron para el final la traca de la intervención del vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, vicesecretario general del PP y uno de sus líderes históricos en Madrid.
Rato no defraudó y reservó buena parte de su discurso para insuflar ánimos al PP de Fuenlabrada y respaldar su protesta, desencadenada por la decisión del alcalde socislista de aprobar, en el pleno del pasado 27 de abril y con el apoyo de IU, una moción para reducir al mínimo los medios a disposición del PP, en la oposición. Quintana justificó su decisión en una serie de comportamientos 'sucios' y 'alegales' de los responsables populares, que tuvieron como guinda una querella del PP contra él por mantener contratado de forma irregular al interventor municipal durante varios mandatos.
El alcalde, que es diputado nacional y por tanto aforado, se tomó tan mal la querella que rompió unilateralmente el protocolo de mejora de relaciones y prestaciones institucionales, firmado en 1996 por todos los partidos y que se resume en un acuerdo para prestarles más medios, materiales, económicos y humanos para cumplir su labor. Además, retiró al portavoz del PP el sueldo reservado en ese protocolo para los concejales de municipios de determinada entidad y que están liberados para dedicarse en exclusiva a la política. Los socialistas argumentan ahora que ese edil ya iba a cobrar otro sueldo como dirigente de la Federación Madrileña de Municipios.
Visitas de apoyo
Los concejales encerrados han recibido estos días la visita y adhesión de otros compañeros de la Comunidad. Ayer les fue a ver Miguel Ángel Villanueva, portavoz en la Asamblea. El fin de semana, sin embargo, lo pasaron mal, porque al cerrar el Ayuntamiento se apagó el aire acondicionado.
Rato saltó ayer contra Quintana, pidió a sus compañeros del PP una 'estrategia contundente contra el PSOE por no respetar los mínimos derechos democráticos' y avisó de que su partido 'no puede aceptar una presión política de ese calibre'. El ministro arremetió contra el líder de la Federación Socialista Madrileña (FSM), Rafael Simancas, por no reaccionar y pidió su dimisión.
Simancas, por su parte, se sorprendió de que Rato haya decidido 'estrenarse' como diputado por Madrid con este asunto y no con otros de mayor calado, como los problemas de infraestucturas o sanitarios. 'Además, tampoco ha bajado a la arena para hablar del alcalde de Madrid, al que investiga el Tribunal de Cuentas, o de los ediles procesados por el caso Funeraria', señaló el líder de la FSM.
Simancas reclamó una negociación de un nuevo protocolo de relaciones políticas en Madrid, porque considera que el PP ha 'matado' el actual con sus actuaciones despóticas en ayuntamientos en los que gobierna, como Alcorcón o El Álamo. Así, recordó que ya ofreció el pasado jueves al presidente del PP de Madrid, Pío García Escudero, la rectificación de Quintana y el restablecimiento de todas las prestaciones al PP de Fuenlabrada en cuanto su partido se siente a negociar el nuevo protocolo. Pero García Escudero, que acusó ayer al alcalde fuenlabreño de 'gobernar un municipio de 190.000 habitantes como si fuera un cortijo', exige la rectificación de Quintana antes de empezar a hablar.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.